«El gobierno de Maduro ha suspendido la ejecución de la Constitución Bolivariana, y ejecuta un gobierno de facto sustentado en una alianza económica y política que vincula tanto a la cúpula de las fuerzas armadas (que ahora participan directamente en el control del negocio petrolero y minero) como a grandes multinacionales (gringas, europeas, rusas y chinas) y grandes empresarios del rancio abolengo criollo. Si eso se le quiere llamar Socialismo, es simplemente un caradurismo de Maduro que se burla del pensamiento de Hugo Chávez y bota a la basura el Plan de la Patria que nos dejara el comandante como legado.» Roberto López Sánchez en De Igual a Igual.
por José María Rodríguez Arias
Comienzo con una cita el presente artículo porque… porque no entiendo nada. Mejor dicho, eso es lo único que estoy entendiendo: Maduro, incapaz, ha comenzado una huida hacia adelante y atropella hasta a su propia sombra.
El actual presidente venezolano no es Chávez, eso lo dejó claro desde el primer momento. Ni tiene su inteligencia ni su carisma (esto lo más importante cuando se construye el poder desde el personalismo). Comenzó eliminando la disidencia interna para realizar un ataque a todo lo externo. La mala gestión de, básicamente, todo le ha llevado a no tener más aliados que sus manos y la cúpula militar, malo para la democracia, sin dudas. El chavismo de maduro ha perdido la calle (mantiene un apoyo importante, pero ya no mayoritario).
La oposición, a veces de forma audaz y a veces de forma torpe, ha aprovechado todos los errores del chavismo y el madurismo para crecer, al punto que se valió de un sistema electoral muy favorable a las mayorías para hacerse con el control de la Asamblea Nacional, haciendo fuerte una alianza cuyo único punto en común es estar en contra de Maduro. Desde el ejecutivo, entonces, se decide pasar por encima del legislativo. No es la primera vez que el chavismo decide saltarse al poder salido de las urnas que le incomoda, así el reparto de poderes era distinto entre las regiones que le apoyaban y las que no y, cuando podía, creaba instituciones paralelas a las ya existentes solo para asegurarse el «apoyo popular». Nada nuevo, algo así hizo el chavismo (del propio Chávez) con los movimientos obreros y comunales, los copó rápidamente y siempre desplazó a la disidencia, creando, si era necesario, estructuras boliburguesas paralelas a las obreras (la propia forma en que creó e impulsó los Consejos Comunales es muestra de ello, en realidad). Quien tiene la plata manda, y ahogó financieramente a las organizaciones que no se le sumaron.
El proceso revocatorio, uno de los pilares de la participación directa y constante del pueblo en los asuntos públicos, solo interesa cuando tumba a los contrarios y no cuando le amenaza a uno mismo; así el CNE muy controlado por Maduro paró el proceso iniciado por la oposición; nuevamente nos encontramos ante una maniobra muy conservadora desde el poder que va en contra de la filosofía de poder popular y consulta que tanto reclama el presidente venezolano. Estoy bastante seguro que le convenía más el proceso que pararlo; no podemos obviar que el propio Chávez se vio sometido a ese tipo de referendo revocatorio (2004), del cual salió airoso (si bien es cierto que todo iba en contra de un Maduro victorioso).
Hasta ahora el chavismo (con Chávez, eso sí) había sabido manejar los fracasos electorales (como el referendo constitucional de 2007), ya sea para darle la vuelta al resultado (¿que no quieren reforma constitucional? Pues unas leyes que se le parecen mucho en el fondo de la cuestión) o para hacer fuerza desde el miedo a una oposición más bien incapaz (y bastante golpista, a todo esto). Así en el 2009 un fracaso constitucional se transformó en un triunfo; pero Maduro no es Chávez, se enfrentaba, además, a una realidad socioeconómica más difícil y a una oposición que poco a poco aprendía las ventajas de juntar a la peña, así en las elecciones de 2013 Maduro consigue una ajustadísima victoria, y eso que tenía a todo el GPP (PSUV a la cabeza) y el poder público respaldándole.
El enfrentamiento directo de Maduro con la oposición, la paralización del proceso en la CNE y la sentencia muy cuestionable del TSJ para cargarse la Asamblea Nacional (no, por tres diputados errantes no te puedes cargar todo un organismo y no tiene sentido, además, que el tribunal asuma las funciones de la Asamblea, sigo sin encontrar el sustento legal de esa asimilación «temporal» de un poder que ni le corresponde ni le puede corresponder, más allá del sustento que la sentencia hace en «somos los garantes de la Constitución»), terminó de fastidiar una relación ya rota. La oposición ha tomado la calle, por más que el chavismo intente defenderse con contramanifestaciones.
Maduro ve enemigos hasta donde no los hay. Su posición es increíblemente débil y sus acciones, más que cuestionables. En todo este proceso cualquier crítica obtiene una sobrerreacción por parte del mandamás venezolano, lo que explica que Maduro anunciara el retiro de Venezuela de la OEA. Incluso Cuba, mientras fue excluida del organismo (hipócritamente, me permito recordar), no abandonó formalmente la institución internacional. La OEA tiene muchos problemas, sin dudas, y otras tantas contradicciones, pero sigue siendo un instrumento necesario para detener el poder absoluto de los Estados. Que Venezuela se salga del organismo es una mala noticia.
Dentro de la «huida para adelante» de Maduro se encuentra este llamado a una Asamblea Constituyente. Lo primero que cabe decir es que la figura está regulada (de forma insatisfactoria, a mi parecer) en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en el capítulo III del Título IX del texto de 1999, donde se recoge como una de las tres formas de reforma constitucional (siendo las otras dos las enmiendas y la reforma constitucional propiamente dicha). El presidente de la República es uno de los que tienen el poder de convocarla (art. 348 de la CRBV), pero resulta raro que use esta figura cuando hasta la fecha y en lo que lleva de mandato parecía que la estabilidad constitucional se encontraba asegurada… ante tanta inestabilidad en el resto de frentes, eso daba una seguridad y respiro que ahora Maduro se carga.
¿Por qué convoca ahora la ANC? Maduro, incapaz de enfrentarse a una crisis ya bastante larga (si nos apuramos, lleva desde el inicio de su mandato), sin saber qué hacer y habiendo ahogado las instituciones donde la oposición se movía o movería a sus anchas (la AN, la cancelación sin decirlo de las elecciones regionales, de forma absolutamente absurda e irregular por parte del CNE), yendo contra la propia constitución de manera continua… y ahora la usa para reformarla, ¿en qué sentido? ¿Para qué? Maduro responde que para afianzar lo que venían haciendo (un ejemplo, poner en la constitución esos Consejos Comunales que se inventaron años atrás). No he sido capaz de encontrar el ya firmado decreto (al menos, aún no está en la Gaceta Oficial; se suponía que hoy se publicaba), por ahora solo tengo las noticias sobre el contenido del mismo. Así que ante el problema existente, lo que hace Maduro es tirar la mesa de las fichas para armar un nuevo juego, ¿tiene sentido cuando no existe un mínimo de diálogo?
Al menos 500 delegados serán elegidos de forma directa por las «bases del pueblo», sin partidos de por medio (¿cuenta el PSUV dentro de esta exclusión?), pero no queda nada claro quién o cómo elegirán a los constituyentes. Maduro sí que mencionó que un voto en un ámbito no quitaba el de otro ámbito, así que la representatividad en la ANC será, al menos, muy peculiar y, tal vez, redundante. Lo que parece claro es que la pluralidad brillará por su ausencia. No estamos ante la construcción de abajo a arriba del Estado, sino de la cabeza moviendo el avispero esperando poder sacar réditos.
¿Sirve la convocatoria de la ANC para rebajar el nivel de violencia al que se ha llegado? Parece que lo contrario. Maduro tensa la cuerda, sabiendo que el ejército (no el poder popular) está de su lado.
Si el chavismo quiere sobrevivir a la crisis en la que lleva metida Venezuela desde hace años, lo primero que tiene que hacer es cargarse un elemento tan disruptivo como es Maduro; no debe ser tan difícil que otro asuma el liderazgo del partido. En las filas chavistas hay gente más preparada, inteligente y carismática que el actual presidente venezolano, el cual debe todo su poco crédito al apoyo militar y a citar a Chávez de las formas más absurdas a primera de cambio.
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ACTUALIZACIÓN (6/5/2017): se publicó un número extraordinario (6295, PDF) de la Gaceta Oficial, fechado en el 1 de mayo, donde está la convocatoria de la ANC y la creación de una Comisión Presidencial que se encargará de elaborar un informe sobre la ANC (bases territoriales y sectoriales para su elección y funcionamiento). Por algún extraño motivo, el PDF subido de este número tiene la marca de agua de «tuabogado.com» en vez de ser el típico facsímil que cuelgan. Pueden descargar el PDF de la Gaceta Extraordinaria nº 6295 desde el enlace anterior o desde aquí.
El compañero JoMRA afirma: «La OEA tiene muchos problemas, sin dudas, y otras tantas contradicciones, pero sigue siendo un instrumento necesario para detener el poder absoluto de los Estados». Discrepo desde la historia y de la esencia de lo que fue y es la OEA. Jamás la OEA desempeñó el rolde detener el poder absoluto de estados bajo dictaduras terroristas (Pinochet, Videla y etcéteras) y sí ha sido herramienta diplomática para todo tipo de intervenciones militares, siempre bajo el impulso de EE.UU.
También sostiene que la convocatoria a una ANC sería «huida para adelante» y que «resulta raro que use esta figura cuando hasta la fecha y en lo que lleva de mandato parecía que la estabilidad constitucional se encontraba asegurada… ante tanta inestabilidad en el resto de frentes, eso daba una seguridad y respiro que ahora Maduro se carga.» Discrepo. El planteo de una Constituyente es un desafío político en medio de una crisis donde se disputa el poder. No hay tal «estabilidad» en la actual crisis, con muchos componentes de guerra civil. En plena ofensiva económica, diplomática y bélica de la derecha (con claro respaldo del plan del Comando Sur de EEUU enunciado en febrero 2016) no hay ninguna estabilidad. Y esa convocatoria puede – puede – abrir una perspectiva revolucionaria, si es que en Venezuela hay revolucionarios organizados que le propongan a su pueblo un cambio en la naturaleza del Estado.
Se interroga JoMRA: «¿Sirve la convocatoria de la ANC para rebajar el nivel de violencia al que se ha llegado? Parece que lo contrario.» ¡Claro que es lo contrario! La derecha y EEUU están embarcados en una estrategia sin retorno para instaurar una dictadura y recuperar para sí el petróleo y sus derivados (ver el plan del Comando Sur) y es necesariamente violenta.No hay planes ni tácticas pacíficas que dobleguen esa estrategia. La convocatoria a una ANC puede – puede – movilizar masas del pueblo con un sentido superador (cambiar la naturaleza del Estado) y destrabar a lo que hoy es una revolución interrumpida. Los peligros son muchos, porque una gobierno militar de «izquierda» sería la semilla de la contrarrevolución enmascarada en una revolución solo de consignas. La supuesta «paz» no bajará la violencia: simplemente,, afombrará el camino de una dictadura capitalista a lo Pinochet o lo Videla
Buenas, Abajeño
Ante todo, muchas gracias por tu comentario.
Sobre la OEA, tienes razón en todo eso. Pero es que el papel de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), al menos en los últimos años, ha sido «bueno». Contando la condena al gobierno venezolano por el Caracazo (1989), el caso de Barrios Altos en Perú (2001) o en la Argentina con el caso de Walter Bulacio (2003), incluso en el caso de Radio Cable Venezuela no salió mal parada, donde se deja claro que lo del 2002 fue un golpe contra Chávez. Si sales de la OEA sales de la CIDH. Ahora bien, hay formas de limitar lo bueno del CIDH, como ese fallo reciente de la Corte Suprema de Argentina que básicamente vacía de contenido las resoluciones del organismo internacional (que afectará al caso de Milagro Sala). Tal vez debí dejar más claro ese punto.
Ahora bien, hay que añadir que la salida de la OEA se produce en un momento muy concreto, tras un tiempo de choques frontales; pero es que hace unos años se acusaba a la OEA de ser blanda y de apoyar al gobierno de Maduro (2014); por otro lado, lógico apoyo por ser el gobierno electo.
Lo curioso es que parte de la crisis (uno de los tantos detonantes) viene por la creación de otra (OTRA) empresa mixta. Poco revolucionario resulta un control de empresas con el capital cubriendo la mitad. ¿Están las condiciones sociales en Venezuela como para la profundización del sistema o, justamente, resultaría mejor hacer que funcione lo que ya se tiene? Creo, sinceramente, que patear en la mesa enfadará mucho más a una parte del pueblo en el sentido contrario al que tú dices, incluso movilizará en contra de Maduro a los que hoy ven todo esto por la TV con mera preocupación. ¿Por qué? Es un gesto de debilidad, no de fortaleza.
O se quiere democracia formal o no se quiere, o se quiere sistema representativo o no se quiere, lo que no se puede es fundamentar tu poder en un sistema (representativo) y trampearlo (esos son los Consejos Comunales, rechazados en la reforma de 2007 e introducidos de forma paraconstitucional en 2009; ahora se mencionan como necesarios en la Constitución, pero es que lo eran cuando se crearon; eso es la actuación de la CNE todo este tiempo).
Por los peligros que mencionas, yo diría que Venezuela está en esa fase desde hace tiempo; descaradamente desde que la CNE retrasó (a pedido del gobierno) las elecciones regionales (no, en la ley no existe el retraso por «guerra económica»).
Hasta luego 😉
1.- Reitero mi concepto respecto de la OEA: organismo creado por el imperialismo, al que bien le vale el viejo calificativo de Ministerio de Colonias. Ahora bien, como todos los organismos creados como instituciones burguesas, siempre tienen fisuras por donde se filtran resquicios o reclamos democráticos, como en algunas ocasiones la CIDH (en algunas ocasiones). Ocurre lo mismo que con los parlamento burgueses. Son órganos de dominación en cuyo seno, a veces se alcanzan conquistas democráticas. Que en algún momento, la OEA no haya sido completamente útil al interés norteamericano (y por eso se hayan burlado de ella como «blanda»), no habilita a considerar que sea una institución respetable. Con mucha habilidad, EE.UU colocaron a la cabeza de la OEA a un personaje que se presente como supuestamente «izquierdista» (Almagro), maniobra propagandística para enmascarar su intervencionismo.
2. Efectivamente, las empresas «mixtas» son una fachada del dominio del capital. La economía «mixta» es el estandarte de los reformismos. Pero resulta que el capitalismo venezolano y el imperialismo yanqui, ni siquiera toleran esos reformismos. Lo que en mi opinión es un déficit grave del gobierno chavista, para la burguesía es sinónimo de «comunismo».
3. Se pregunta JoMRA: «¿Están las condiciones sociales en Venezuela como para la profundización del sistema o, justamente, resultaría mejor hacer que funcione lo que ya se tiene?». Mi opinión: sin duda que intentar hacer funcionar mejor el capitalismo ni me parece deseable ni lo creo factible. No estoy en condiciones de afirmar si en Venezuela hay condiciones para desarrollar hoy una revolución. Lo que sí estoy seguro es que ni con capitalismo ni con caricatura de revolución haya progreso: habrá contrarrevolución. Y esto supone masacre.
3. Dice JoMRA:»O se quiere democracia formal o no se quiere, o se quiere sistema representativo o no se quiere». Yo no puedo hablar en nombre de los venezolanos que sí quieren una Revolución. Lo que sí sé que una democracia formal no es deseable. Pero también es inviable en una crisis de poder. A la derecha no le interesan las formas: usa las que les conviene. Si la democracia representativa le es útil, la sostiene. En Venezuela hoy, esa democracia no puede garantizar su esencia, que es la dictadura del capital. Si el chavismo se aferra a un reformismo inviable, será aplastado.
4. Me parece excelente – y no condenable – que el chavismo haya intentado crear formas de poder alternativas al Estado así llamado democracia representativa. Si florecen órganos de poder popular (comunal o como se les llame) se abre una perspectiva revolucionaria. Así puede nacer una democracia revolucionaria. Si esos organismos no son genuinamente populares y proletarios, será un fracaso. ¿Trampa? Si así se califica a una combinación de formas de lucha – parlamentarias y extraparlamentarias – entonces es trampa. Para la burguesía, todo lo que no le es útil, es tramposo o delictivo. La derecha hace uso de la fuerza armada (paramilitares, guarimbas, atentados, etc.) y su Estado Mayor está en el Comando Sur de EEUU en Panamá. Si el chavismo cae en la ingenuidad de enfrentar semejante agresión bélica con fiscales y policías lanzagases, va a ser aplastado.¿Es Trampa convocar a una Constituyente para cambiar la naturaleza política del Estado? Pues todas las revoluciones genuinas se hacen para eso. Si no, son caricaturas.
4. Ciertamente, Venezuela está en crisis hace demasiado tiempo. Pero no por las idas y venidas de la CNE u otro organismo burocrático-estatal. Está en crisis porque el gobierno chavista ha permitido a la burguesía mantener sus recursos y propiedades y sostener una «boliburguesía» parásita y corrupta. Está en crisis porque lo demorado no son las elecciones regionales. ¡Lo demorado es la Constituyente y la confiscación del capital! Desde el punto de vista de la burguesía, ambas cosas son antidemocráticas. No sé si están decididos a hacerlo ahora, tan tarde. El tiempo, los momentos y las situaciones no son perennes en las luchas de clases.
Salud
Nuevamente, gracias por el comentario.
Solo para aclarar dos cosas de mi anterior comentario, cuando hablo de «qué se quiere» no me refiero al conjunto de los venezolanos (o a ellos, en general), sino al gobierno. No puede mantener un discurso y actuar en contra del mismo (aunque lleva muchos años en eso).
Un gobierno que no es revolucionario no crea organismos descentralizados revolucionarios, sino parásitos clientelares que responde a lógicas de control-centralización y copamiento, como ha ocurrido. (Corrijo la fecha, la primera creación de los CC fue en 2006 y ya la práctica dejó claro que solo recibían financiación los que estaban en la línea del propio gobierno).
Por lo demás, estoy parcialmente de acuerdo con lo que dices en el punto 4; lo de la CNE lo pongo como ejemplo del «trampeamiento» (permítanme el palabro) que hace el propio gobierno, hace trampas al solitario. Y son hechos que colma el vaso que dice proteger.
Ya entrando en el fondo: es que la ANC no es ni será revolucionaria (¡y espero equivocarme!); veremos cómo queda su configuración real (no sé si ha visto la actualización que he puesto, sinceramente, me parece la peor forma de convocar una Constituyente, del tipo que sea).
Hasta luego 😉