por José María Rodríguez Arias
Tras la renuncia de Merino (sorpresiva y, a la vez, solicitada), el Congreso se reunió para tener una nueva mesa directiva, cuya presidencia ocupará la jefatura del Estado durante estos meses hasta la celebración de elecciones. La vicepresidencia de dicha mesa será la encargada de dirigir al legislativo.
El Congreso aprobó la renuncia de Merino por 120 votos a favor, cero en contra y cero abstenciones. El presidente encargado del Congreso, Valdez, además, presentó su renuncia e invitó a Silva a ser la presidenta del Congreso y, con ello, de la república (a falta de vicepresidentes del ejecutivo, no podemos obviar que el presidente renunció hace un par de años, la segunda vicepresidenta renunció el año pasado y a Vizcarra, primer vicepresidente que asumió la presidencia, se le vacó la semana pasada). El congreso, en este momento, tiene como presidente interino a uno de FA.
Pero los distintos partidos, hayan estado en contra o no de la vacancia de Vizcarra (contando todos esos que votaron por la vacancia y quitaron su apoyo a Merino desde casi el primer día de su cortísimo mandato), no consiguieron ponerse de acuerdo con quién debería asumir el país en este corto periodo de tiempo y cómo debería configurarse el ejecutivo.
La idea era presentar una «lista única» de consenso y de amplia base (cuantos más partidos, mejor) cuya finalidad, además de controlar la pandemia, era asegurar la limpieza de las elecciones de abril. Rocío Silva Santisteban, parlamentaria de Frente Amplio (el partido votó a favor de la vacancia, con dos votos en contra, uno de Silva), encabezaba la lista. De número dos iba, en principio, Francisco Sagasti del Partido Morado (partido que votó en bloque contra la vacancia), como primer vicepresidente, Luis Roel de Acción Popular (el partido de Merino, que votó a favor de la vacancia aunque con varios votos en contra) como segundo vicepresidente y Yéssica Apaza de Unión Por el Perú (UPP), que sí votó en bloque a favor de la vacancia, como tercera vicepresidenta. Apaza era la excepción integradora, ella sí había votado a favor de la vacancia pero fue parte clave de las negociaciones entre los grupos.
El problema vino a la hora de votar, donde no se respetaron las promesas de voto favorable por bloques. Así, la lista única obtuvo 42 votos a favor, 52 en contra y hubo 25 abstenciones; se necesitaban 60 votos positivos y se estuvo muy lejos de conseguirlos. Acción Popular y Alianza para el Progreso, dos formaciones que prometieron votar en positivo, vieron sus bancadas divididas entre los síes y los noes. Votaron en contra también los fujimoristas de Fuerza Popular, el Frepap, y Podemos Perú.
El pleno se volverá a reunir a las 2pm (hora peruana) para volver a intentar elegir una mesa directiva del Congreso y, con ello, al próximo presidente o presidenta en funciones de Perú.
El Partido Morado de Guzmán, que iba a dirigir el Congreso con Sagasti, anuncia que presentará una lista solo con sus miembros, ¿será capaz de conseguir apoyos y ocupar el espacio político y calmar el descontento popular? No es tan fácil, por lo visto algunos partidos están muy en contra del Partido Morado.
1 thought on “Perú: nadie al mando”