¿Más de lo mismo o habrá algún cambio?

Hoy se cumplen 200 años desde que el criollo argentino José Francisco de San Martín y Matorras declaró la independencia del Perú y comenzó «oficialmente» la guerra que culminaría unos años después con la definitiva separación del entonces virreinato del Perú del imperio Español en decadencia. Como estaba estipulado, tras las elecciones de este año, se da el traslado de poder al nuevo presidente, José Pedro Castillo Terrones, de Perú Libre, que se impuso por muy poco en segunda vuelta frente a Keiko Sofía Fujimori Higuchi, que sigue diciendo que las elecciones no fueron limpias pero que las acepta (en una extraña forma de aceptar algo, pues estaría dando por buena una ilegalidad).

Castillo, que se presenta como un líder de corte socialista, no deja de mostrar las viejas taras del margen izquierdo de la política, no se separa del machismo que exuda todo su partido, no se separa del militarismo (así, en su primer mensaje, ya avisa que la juventud que no trabaje o no estudie será forzada a pertenecer al servicio militar, lo que volvería nuevamente obligatoria la pertenencia al ejército para determinada parte de la juventud peruana). Si bien tiene promesas de cambio en algunos ámbitos concretos, como una asamblea constituyente (partiendo de la Constitución actual, esto es, haciendo un proyecto de ley de reforma para poder convocar la constituyente) pero también una serie de leyes ambientales y sociales que cambiarían el panorama de Estado de Bienestar en Perú, de un sistema ineficiente y asistencialista a uno activamente inclusivo. También promete cambios para respetar los demás idiomas y culturas existentes en nuestro país.

Mantiene un discurso contra el capitalismo «puro», pero insiste mucho en que el Estado respetará el libre mercado, incluso en que determinadas empresas entren en el mercado de determinados bienes.

El presidente no tendrá mayoría en el Congreso, promete respetar y articular su actuación desde el respeto al legislativo; si hace eso, ya sería un avance con respecto a los últimos cinco años.

Un anuncio del cambio de rumbo está sobre el Palacio de Gobierno, la casa de Pizarro, al negarse que el ejecutivo resida ahí; se creará un museo de culturas en el Palacio de Gobierno actual y Castillo gobernará desde otro edificio.

En cuanto podamos, se pondrá el vídeo completo con el mensaje a la nación.

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