por Gerardo Médica
Escribo por primera vez en DIAI (blog de zurdos pienso en voz baja) porque Pablo Pozzi me cursó una invitación para la inscripción gráfica. En realidad, pensándolo bien, me invita porque hace casi 15 años – desde que fui su alumno- existe entre nosotros el viejo culto argentino del “arte de la injuria”. Injurias que tienen por centro la “chicana” con esta lógica: el no reconocimiento de Pozzi de su criptoperonismo y en mí, de mis divisas rojas. Me invita también, porque en esta lógica de tallar el “arte de la injuria”, quiere que desde mi pertenencia al peronismo me exprese sobre la situación actual. Definitivamente, el viejo maestro de Pilar le hace una apuesta a su Salieri de La Matanza para elevar exponencialmente las afrentas. Al mismo tiempo, busca compartir las críticas – va los insultos- que desde su visión viene recibiendo sobre sus opiniones den son de la década ganada. Los míos camarada Pozzi, después de estas líneas, están más que garantizados. Ciertas voces que emergen de este fin de ciclo Nac and Pop gritan de forma descontrolada desde un averno que han construido por estas tierras tan al sur.
Realizada la pertinente salvedad (sos un “negro resentido” me dice una amiga mientras lee la primera parte de estas páginas), diré – parafraseando el bellísimo tango de Alposta tan bien cantado por el Tata Cedrón -: “Piove en la Argentina, minga de sol”. “Piove con tutti” y ando en estos arrabales del oeste del Gran Buenos Aires con mucho dolor y del cojudo. Dolor peronista – dolor no de PJ o de FPV- dolor de ese peronismo tan arraigado en algunos, ese que te incentiva a sostener los “trapos” en una vida por momentos demasiado inclemente. Dolor, dolor de base peronista. Dolor de sentir, por ejemplo, al recordar una frase dicha al pasar por un viejo militante “perro” en un bar de Mataderos: “El peronismo es el único movimiento donde sus dirigentes piensan distinto a sus bases”. Y su remate “se deben una autocrítica desde los setenta para acá”.
Mientras tanto con todos los pensamientos y el dolor encima, “piove en la Argentina” y “piove” fuerte sobre los pobres.
“Tlön, Uqbar, Orbies Tertius” K: el fin de la década ganada
El kichnerismo con su década ganada – para algunos con un poco de visión crítica no tan ganada- deja la Casa Rosada. Parafraseando al innombrable de Borges: “el corralón opinó Macri” cuando debería haber dicho Scioli.
Y las banderas ploteadas se quedaron sin flamear…En tanto los globitos amarillos y la música de Tan Biónica nos rompen los oídos. Las urnas indicaron la derrota y el fin de una etapa.
Tiempos de cambio y momentos para reflexionar…
Y la conclusión k que subyace con demasiada superficialidad frente a los hechos consumados es simple: fueron los medios de comunicación, la clase media gorila, los sectores marginales que se han olvidado del 2001 o incluso, los trabajadores formales que con salarios mayores a 6000 pesos no son los suficientemente agradecidos al modelo. Y ni que hablar de la oligarquía obrera con sueldos de más de 15.000 pesos que no logran entender que deben pagar calladitos “el impuesto al trabajo”.
Pero intentando realizar algo parecido a un esquema crítico para estas páginas, surge en mi cabeza la idea remota que la peligrosa aventura de los últimos tiempos que tiene como conductora a Cristina es lo que nos llevó a esta derrota tan dolorosa e incluso al estado de crisis del país. También pienso en un viejo apotema peronista: “el que pierde se va a la casa” y por lo general calladito. Pero siento que pertenezco a un peronismo lejano donde las banderas se hacían a mano, donde las pintadas eran meta lata y pulmón y los silencios de las bases a la conducción era sinónimo de alcahuetería. Ando rengueando mal, digamos, ante este peronismo.
En tanto busco concentrarme para esbozar algunas líneas, mi hijo me sube la radio para cantarme desenfrenadamente un tema de La Mancha de Rolando tapando el tanguito “Mentiras Criollas” que estaba escuchando.
Y si, los tiempos han cambiado…
Y aferrados a las “puteadas” – con el dedo acusador hacía los votantes y el peronismo que no están de acuerdo con la cosmovisión del mundo k – dirigentes y militantes duros kichneristas promueven una versión aggiornada 2015 de la Colonia Vela del gordo Osvaldo Soriano. Pienso que si en estos momentos viviera, retrataría magistralmente a esta Argentina tan compleja. Me gustaría leer con que ironía describiría a una presidenta que se encierra en la Casa de Gobierno negándose a entregar la banda presidencial y el bastón de mando o de cómo ironizaría sobre el dominio de “la plaza” al surgir los primeros cómputos de las urnas en noviembre.
La apuesta aggiornada es peligrosa, porque después de esa Colonia Vela de “No habrá más penas, ni olvido” se vinieron los “Cuarteles de Invierno” donde lo más rancio de la sociedad argentina nos infligió dolores profundos y cojudos. Creo que nuestros “Cuarteles de invierno” se acercan con Macri – ayudado desde hace un tiempo por el giro a la derecha del kichnerismo – y se nos presenta como el político Exequiel Ávila Gallo de Colonia Vela esperando pronto humillar a lo popular.
Según mi modesto entender, la cuestión del alejamiento del mundo k de la Casa Rosada es simple y trataré de expresarlo desde mi peronismo, un peronismo barrial o cultural pero también, desde mi adhesión al kichnerismo -¿modelo de esperanza? – hasta el año 2010. Matizo también que toda opinión en esta nueva versión de Colonia Vela es difícil ya que durante estos años, el plantear diferencias nos ha conducido a muchos a fuertes distancias con personas que, en otros momentos, nos ha unido luchas en las fábricas, los cortes de ruta, la resistencia en las escuelas e incluso la realización de murales contra el menemismo. Estás diferencias afectan al lado izquierdo del corazón y sé qué estas líneas desencadenarán insultos. Mis oídos ya oyen trosko, facho, “estúpido cosmopolita” y otros más elevados. Ante estos posibles calificativos diría que para mí siempre la opción fue “clase política o pueblo” y que es de manual elemental cuestionar a quien conduce.
Fijando postura con lo inmediatamente expresado, puedo decir que el kichnerismo tuvo numerosos aciertos que debemos considerar: la asignación universal por hijo, el matrimonio igualitario, la primera etapa de los derechos humanos antes de la cooptación de determinados organismos, el no al ALCA y otros que servirían para abonar una más que lista positiva.
En definitiva, el kichnerismo ha sido potente, creíble y potable cuando la política estaba en sintonía con los problemas presentes de la realidad cotidiana. Pero la imposibilidad de hacer política realista mutó -a mi entender- a suplantarla por lo mediático, por los carpetazos y por disputas que en el fondo no fueron tan ciertas. Con mala intención diré que muchas peleas fueron un telón para desdibujar la crisis social, política, económica y cultural en la que estamos inmersos.
Desde la elección a dedo de Boudou – bien liberal el compañero y expresión del peronismo de Puerto Madero-, Milani con toda su historia a cuestas e Insaurralde (MI con su doncella rubia y mediática) comenzaron a sentirse los murmullos de las disidencias de la gente común con el peronismo k. Para luego agigantarse con Scioli-Zannini en las boletas.
Es importante destacar, para poder entender porque el mundo k deja la Rosada, el corrimiento de los kichneristas a las ideas de un peronismo “Laclauniano” -aunque considero que Laclau ha aportado poco al campo popular argentino-. Prendió fuerte al parecer en “todos y todas” (siento más genuina la expresión compañeros/as) el miedo a la totalidad y se apostó a unir fragmentos teniendo por culto las ideas del politólogo estrella k y su mujer. Se alejaron de la negritud peronista y trabó con ímpetu en el mundo k eso de las “cadenas equivalenciales”, donde nos juntamos sin nada en común para “formar una masa crítica” en relación a “significantes vacíos” los cuales terminarían produciendo un discurso muy efectivo en algunos y muy rechazado por otros. Está lógica política equivalencial ha permitido la foto de Milani con Hebe, el “Acá tenes los pibes para la liberación” y pensar que China es una potencia amiga. O simplemente mostrar cómo nos enfrentamos con las corporaciones pero arreglamos con las grandes compañías sojeras. Todo en un juego de “significantes vacíos” y “significados”.
Otras de las cuestiones a tener en cuenta para comprender el mundo K es la construcción de una ficcionalidad kichnerista -todo poder necesita de esa ficcionalidad para establecer cierta hegemonía-. Una ficcionalidad que parece escapada del cuento Tlón, Uqbar, Orbies Tertius de Borges. En ese texto Tlön era una enciclopedia ficticia que creaba mundos que se terminaban aceptando como validos; discursos que en definitiva fagocitaban la realidad y terminaban ocupando el lugar de la realidad: “El contacto y el hábito de Tlön han desintegrado este mundo. Encantada por su rigor, la humanidad olvida y tonar a olvidar que es un rigor de ajedrecistas, no de ángeles (…). El mundo será Tlón”.
En esta década ganada -o no tan ganada- el mundo k se embarcó en la idea de una Tlón de inspiración borgeana. Intelectuales kichneristas, medios de comunicación aferrados a las pautas oficiales e incluso la militancia han construido una ficcionalidad que afectó el entramado de la sociedad argentina. Esa ficcionalidad de la Tlön kichnerista se ha utilizado de diferentes modos para invisibilizar la pobreza, modificar el INDEC, la corrupción, las justificaciones de las imposibilidades propias o incluso para el apriete moral a los que pensamos diferente. Los esfuerzos por la ficcionalidad de la Tlön kichnerista fue la idea de disputar el modo de ver la realidad y no la realidad misma.
Esta construcción –por momentos de ciencia ficción- se adjudico hasta la fundación de la patria en el 2003 silenciando el pasado argentino y sus luchas -ni las luchas de la izquierda, ni anarquistas, ni siquiera la resistencia peronista y menos PRT/ERP existen para la Tlön kichnerista-.
Los resultados en este presente están a la vista: la Tlön kichnerista se está resquebrajando y contrasta cruelmente con la realidad. Cuando la lente que ofrecen los discursos se cae aparece el país real, ese país que por momentos han intentado invisibilizar. Un país donde hay pobreza, con la misma matriz productiva de los años ´90 con un poco de maquillaje y con una nueva colonialidad establecida con la ecuación de los agronegocios. Para colmo “el corralón ya no opina Macri” sino que “dice Macri” y en medio de los globos amarillos te baila el tema de Tan Biónica con los empresarios amigos.
La Tlön kichnerista y sus heresiarcas nos han conducido a laberintos donde la derecha llega por primera vez al poder con los votos y por acá estamos dolidos. Demasiado dolidos y con latencia de rutas por cortar. Estamos con un dolor profundo y cojudo pero convencidos de que irremediablemente “de todo laberinto se sale por arriba”.
Mientras tanto, por acá: “Piove, llueve, “Piove con tutti, minga de sol”.
Che, del tema de las elecciones, de los K, de Macri y todas estas cosas, se habla mucho. En mi laburo, bastante todavía. ¿Vos hablás así con los compañeros de trabajo? Entiendo que sos un peronista dolido por lo que pasó y pasa. Lo demás, es difícil entender…y mirá que a mí me gusta la política
Gracias por el comentario. Y si uno trata de hablar y ser crítico. Igual por la docencia la cosa es muy simple, muchisimos votaron a Macri!!!
buena medika.
a veces me pregunto, desde esa mirada humanista ingenua que todavia nos persigue a los ex marxistas y que no nos permite asumir que la gente voto a macri pq quiere ser macri, que es lo que no vimos del modelo-relato ka. si es que habia algo para ver.
hace mucho sugeri que se venian tiempos de capitalismo etereo, «capitalismo con derechos hmanos» (menos para aruga, lopez, ferreyra, y sigue la lista, y que solo el relato-modelo ka era una mera ilusion.
por lo tanto no puede haber autocritica de lo que no existio.
lo que no fue, no es, diria una amiga en comun, que ahora me sdaluda desde su nave, perrito pekines inclusive.
pero usted sabe medika que solo digo boldez rentado por el estado.
mas que fraternal abrazo, y sigue siendo lindo leerlo que es lo que verdaderamente importa.
Es un placer leer el comentario de Luis, el emperador. Viejo Marxista (esos que viven como marxistas) de La Matanza. Maestro en el ISFD 82, maestro en el 22 de Enero y por sobretodo buen tipo. Un intelectual con mezcla de academia y de arrabales.
Querido Gerardo , pasaste por alto en el inicio de la decadencia cristinista ,su ruptura con la CGT , y no por la ruptura en si misma, sino por su trasfondo material ( Pozzi no podra hacerse el desentendido en esta apreciacion ) El veto a la ley de reparto de las ganancias empresariales. Esta ruptura significo la perdida de una verdadera base de sustentacion material , la clase trabajadora , que comenzo a cuestionarla mas alla de las burocracias sindicales . Hoy se presenta una disyuntiva de dificil resolucion pero no por ello imposible , La reconstruccion de un verdadero partido de los trabajadores , unica herramienta para enfrentar la salvaje ola neoliberal que se avecina, pero para que esto sea posible las izquierda va a tener que comprender la esencia cultural mayoritaria del peronismo en la composicion de las bases obreras y en lugar de enfrentar a las burocracias con denuncias testimoniales debe convencer y empujar a las burocracias a salir a luchar , recordemos que el cordobazo se hizo con cal , con arena y bosta,, se hizo con Tosco , pero tambien con Atilio Lopez y Elpidio Torres, La lucha en el campo de la accion (paros, movilizaciones, boicots, etc) deben convertirse en herramienta politica , y ahi esta el mayor desafio de los partidos de izquierda, deben hacerse una depilacion definitiva ,y salir a captar sectores del peronismo que tengan influencia real sobre la clase trabajadora, aunque tengan que taparse un poco la nariz. Solo asi, y abandonando el internismo endemico uniendo todos los sectores de la izquierda, podremos pensar en la construccion de una herramienta que verdaderamente dispute el poder y lleve adelante una politica revolucionaria . Te mando un fraternal abrazo peronista !!!