por Rubén Kotler
Hay muchos que por esquivar el debate político siguen colocando en el centro de la escena los simbolismos. Una pena, porque no nos permite discutir quién es quién y quién ha sido quién en la construcción de una idea de derechos humanos. Pero no es la primera vez que personajes como Hebe nos dividen.
Hebe dividió a las Madres en Tucumán allá por los primeros 80, más precisamente en diciembre de 1983, cuando la presidente de las Madres en Tucumán, Nelly de Bianchi, decidió candidatearse para un cargo político partidario de cara a las elecciones provinciales. Hebe, desde Bs As contribuyó a que las Madres en Tucumán separaran a Nelly de la organización porque no era posible que una Madre usara el “símbolo” del pañuelo y participara de la política partidaria.
En 1986, las Madres a nivel nacional se dividieron. Nacía Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, por las profundas diferencias políticas que éstas tenían, entre otras, con Hebe. Hebe mostraba entonces el mismo verticalismo que hoy y no admitía que las Madres hablaran en particular de sus hijos, que los nombraran, que bordaran sus nombres en sus pañuelos. Cierto que el criterio de “socialización” de la maternidad hizo que los 30.000 fueran los hijos de todos, pero Hebe denostaba a las Madres que hablaban de sus hijos, borrando toda huella de particularidad en la militancia pasada de los desaparecidos.
En los 90, el discurso revolucionario de Hebe, que se proponía reivindicar la militancia de los desaparecidos, era un discurso que atraía a cientos de jóvenes desilusionados por las avanzadas de las políticas ultra liberales del menemismo. Sin embargo esos discursos con la llegada de los Kirchner al poder se aplacó, se domesticó y se ablandó, al tiempo que Hebe comenzó a denostar a la izquierda. Llegó a decir que los cuestionamientos a las políticas de Néstor y Cristina, eran ideas que los “zurdos le metían a los jóvenes en la cabeza” (SIC).
Hebe abrazó pronto al matrimonio K introduciendo la variable político partidaria que años atrás había rechazado. Pero también profundizó sus críticas a quienes cuestionaban la política kirchnerista vinculada a temas como la megaminería y otras. Además denostó de manera dura a Julio López tras su desaparición, cubriéndolo de un manto de dudas sobre su primera desaparición y cuestionándolo con dureza. En lugar de exigirle al Estado la aparición con vida de López, contribuyó a que las distintas organizaciones Pro – K, dejaran de denunciar la desaparición de López y de exigir su aparición con vida.
En cambio, Hebe se abrazó a Milani, optando por acompañar la política de reconciliación que propuso el gobierno de CFK con los genocidas. Claro ejemplo de este acompañamiento fue la manera en que Hebe y otras organizaciones dieron la espalda a Marcela Ledo, madre del ex conscripto Alberto Ledo, de cuya desaparición forzada se culpa a Milani. Marcela Ledo es Madre de Plaza de Mayo de La Rioja. Quizás sea cierto lo que alguna vez me dijo Nelly de Bianchi sobre que Hebe no admite el protagonismo de las Madres del Interior.
No es casual que este año se haya cumplido el vigésimo aniversario de la aparición del Encuentro de Memoria, Verdad y Justicia que nuclea a organizaciones de DDHH que en los años del kirchnerismo se mostraron críticas con las políticas del gobierno de Néstor y Cristina. Que la plaza se haya dividido en los primeros años de gobierno K, también es responsabilidad de Hebe y de su abrazo oportunista al kirchnerismo.
Que cuestionemos a Hebe desde el punto de vista de los DDHH no nos impide cuestionar las políticas del macrismo, claro está, en la fantochada persecutoria a los ex integrantes del gobierno K que el actual gobierno no puede domesticar. En todo caso es parte de la pelea Interburguesa a la que aludía en un escrito reciente Ariel Mayo y con la cual coincido. Pero no hablar de los DDHH y no mencionar las diferencias en pos de defender “lo simbólico” es no comprender que la avanzada de la derecha más reaccionaria también ha sido responsabilidad de Hebe. De lo contrario algunos seguirán pensando que el abrazo de Hebe a Milani, Aníbal Fernández o Boudou, ha sido el abrazo al CHE, a Camilo Cienfuegos o al Roby Santucho.
Sí, hablemos también de lo que implicó Hebe desde sus comienzos, al movimiento de DDHH y cómo contribuyó su figura a dividir a las organizaciones en lugar de convocar a la unidad. Por mi parte si hay diferencias políticas profundas que sin miedo voy a enunciar cada vez que pueda. De lo contrario sí seguiremos haciéndole el juego a la derecha, porque es la misma derecha que, bajo el símbolo de los DDHH, cuestiona críticamente a todas las organizaciones de manera infundada. No todas las organizaciones hicieron de su alianza con organizaciones políticas un negociado, no fue el espíritu de sacar ventajas o réditos el comulgar con un proyecto político. Por el contrario a quienes cuestionaron tempranamente esa alianza como peligrosa, la misma Hebe los expulsó del jardín del Eden, tal como ocurrió entre otros con Néstor Kohan o Vicente Zito Lema.
Hablemos de Hebe. Hablemos de los DDHH. Y hablemos de las diferencias. No son todo lo mismo. Y no es todo igual. No son solo matices los que dividen a las distintas organizaciones. Son posicionamientos políticos claros en favor o en contra de los intereses verdaderamente populares.
Rubén Kotler, San Miguel de Tucumán / 6 de agosto 2016
Magnifica nota Rubén.. Es el momento de construir un movimiento de derechos humanos antisistémico. Abrazos, Andrea la Turca
Me tranquiliza que alguien como vos comente el escrito. Y sobre todo saber que en el campo de los DDHH hay otros compañeros y compañeras que no se han vendido al mejor (peor) postor. Además que es bueno comenzar a identificar quién es quién porque no son todos los mismos. Abrazo Andrea.
muy buena nota , expresa a muchisimos .