Ante algunas falacias, rigurosidad histórica
por Abel Bohoslavsky
En un artículo publicado en La Izquierda Diario (08/10/15), “El PST en la mira de las Tres A. Un debate con la política del ‘Frente democrático’”, Ruth Werner y Facundo Aguirre, al intentar hacer una crítica a la línea y práctica política del entonces Partido Socialista de los Trabajadores en el período 1973-74, hacen además una serie de consideraciones sobre las circunstancias de ese momento histórico y extienden sus críticas a otras fuerzas y dirigentes políticos y sindicales.
Sin duda, que para entender bien nuestra crítica, es necesario que los lectores lean enteramente ese artículo. Aquí vamos a rebatir algunas de sus consideraciones para que, quienes no vivieron la época puedan acceder a información que se omite y a conocer puntos de vista diferentes – y en algunos casos, contrapuesto – con ese relato de los articulistas.
1) Dicen:
El PST fue una de las primeras organizaciones de izquierda atacada por las bandas criminales de la ultraderecha. A lo largo de 1974 la Triple A atentó contra los locales de esta organización en varios puntos del Gran Buenos Aires, como Beccar, Morón y La Plata, así como en Mendoza, Córdoba, Tucumán y Rosario. El 7 de mayo de ese año, fue asesinado, a manos de una patota de la UOM de Vicente López, Inocencio Fernández, militante del PST y subdelegado de la Fundición Cormasa. Un segundo golpe ocurrirá en Gral. Pacheco, el 29 de mayo. Quince matones de la Triple A tirotearon el local del PST y secuestraron a seis militantes, asesinando posteriormente a tres. Eran Oscar Dalmacio Meza, delegado de ASTARSA, Mario Zidda, dirigente estudiantil de la Escuela Nacional de Educación Técnica, y Antonio Moses, obrero de Wobron. Estos asesinatos fueron bautizados como “la masacre de Pacheco”. El atentado al local de un partido legal, constituía un salto en el ataque fascista y logró repercusión en los medios nacionales. El velatorio se transformó en un gran acto de repudio a las bandas de ultraderecha donde participaron numerosas corrientes políticas. Allí, el dirigente del PST, Nahuel Moreno, planteó que a los golpes de la ultraderecha había que oponer, “las brigadas o piquetes antifascistas, obreros y populares” [1]. Apelaba a la táctica clásica del marxismo en el combate contra los grupos de choque fascistas. Sin embargo, esta posición no será sostenida en el tiempo y la orientación central para oponerse a la Triple A será la del apoyo a la iniciativa de la UCR y el Partido Comunista de peticionar el fin de la violencia ante Perón a través del Grupo de los 8 [2].
* Es cierto que el PST fue objeto de esos ataques fascistas. Pero cabe preguntarse por qué el artículo omite que en ese mismo período, las dos vertientes políticas que fueron blanco directo de la acción armada fascista desde su inicio, fueron – en primer término – las organizaciones de la llamada Tendencia Revolucionaria del peronismo (Montoneros y las JP dirigidas por ellos, Peronismo de Base, MR 17 de Octubre) y el Partido Revolucionario de los Trabajadores (y las organizaciones dirigidas por el mismo, Movimiento Sindical de Base, Frente Antimperialista por el Socialismo). No se puede entender históricamente la contraofensiva fascista sin tomar su punto de partida en la masacre de Ezeiza (20 de junio 1973) en la cual las víctimas directas (en número impreciso) fueron los simpatizantes de Montoneros y algunos de sus destacados militantes. Tampoco es admisible la omisión que el primer militante del PRT asesinado en Córdoba en fecha tan temprana como julio 73, fue Eduardo Pichón Giménez, mientras hacía pintadas. Llaman la atención esas omisiones porque esos y otros crímenes fascistas fueron publicados en la “Cronología: Los crímenes de la Triple A (Junio a Diciembre 1973)” por equipo de IzquierdaDiario, bajo el título “Triple A: Toda la verdad, caiga quien caiga”1.
En relación a lo que fue el origen de la Triple A, antes que esa sigla fuese conocida como tal, traigamos a colación lo siguiente:
“…esta masacre fue el bautismo de fuego de la siniestra Triple A, Alianza Anticomunista Argentina… La organización de la misma había sido sugerida por el General en una reunión en la que participara, entre otros, Oscar Bidegain electo gobernador de la provincia de Buenos Aires, amigo de Alicia Eguren y de John William Cooke. Éste quedó seriamente preocupado por la propuesta. En esa oportunidad “el Viejo” señaló que sería conveniente conformar una especie de “Somaten”, similar al que organizara el General Primo de Rivera en toda España en el año 1923, que este equipara a los “camisas negras” de Mussolini; organización dirigida a reprimir, paraestatalmente, a los militantes populares y revolucionarios”2.
* Pero más importante aún es la omisión acerca que el plan de contraofensiva armada contra el activismo fue dado en la llamada Orden Reservada del Consejo Superior Peronista dispuesta por el propio Perón el 1° de octubre de 1973 (ya electo, pero 12 días antes de asumir su tercera presidencia).
“En las manifestaciones o actos públicos, los peronistas impedirán por todos los medios que las facciones vinculadas al marxismo tomen participación […] Se utilizarán en la guerra contra el marxismo todos los medios de lucha que se consideren eficientes, en cada lugar y oportunidad. […] Los grupos o sectores que en cada lugar actúan invocando adhesión al peronismo y al general Perón, deberán definirse en esta situación de guerra contra los grupos marxistas y deberán participar activamente en las acciones que se planifiquen para llevar adelante esta lucha”
Y esta omisión tiene relación directa con el análisis del artículo en relación a la caracterización del gobierno justicialista de ese período.
2) Analizando y criticando la propuesta política del PST ante el golpe de Estado provincial en Córdoba, el navarrazo del 27 de febrero de 1974, el artículo dice:
En Córdoba la acumulación de fuerzas de la vanguardia y la izquierda pesaba decisivamente en los sindicatos de masas. La política clásica del frente único y la autodefensa obrera de la provincia era realista y tenía múltiples filos. Por un lado permitía oponer a las fuerzas fascistas de la policía, de las bandas de ultraderecha de los sindicatos y del peronismo, una fuerza social poderosa, que había protagonizado grandes combates de clase. La condición para hacerlo era la de enfrentar decididamente al gobierno de Perón, una política que ni Obregón Cano, ni Atilio López, ni Agustín Tosco, ni René Salamanca, ni los Montoneros estaban dispuestos a asumir.
El artículo arguye que ni Tosco ni Salamanca estaban dispuestos a asumir una línea de enfrentar las políticas de Perón. Respecto a Tosco, repasemos:
*En fecha tan temprana como el 8 de julio del 73, en el Congreso fundacional del MSB, Tosco denuncia el Pacto Social suscripto bajo el auspicio del gobierno recién instalado y que todavía presidía Héctor J. Cámpora
Nuestra regional, de la C.G.T. de Córdoba, ha respondido con la unanimidad de los tres sectores que componen la conducción; o sea: el peronismo combativo y revolucionario, los gremios independientes de Córdoba y los gremios no alineados a esta política de la burocracia nacional que persigue, que pretende “normalizar” a todas las regionales, para colocarlas al servicio del plan del Pacto Social, o sea, de la entrega del movimiento obrero, de la subordinación del movimiento obrero a los planes de la burguesía, contenidos en esta denominada Acta de Compromiso Nacional, suscripta por Bronner y por Rucci con el aval de Gelbard y de Otero. O sea, la representación de los grandes empresarios en connivencia con la representación de la burocracia y la convalidación de uno de los ministros más reaccionarios al servicio de las patronales, con la convalidación de otro de los ministros más reaccionarios al servicio de la burocracia.
*La caracterización de Tosco acerca de los ministros de Economía y de Trabajo (de Cámpora, y que seguirían con Perón) y el eje del plan económico-laboral del nuevo gobierno no ofrece dudas. Y advierte sobre la escalada fascista en curso en pleno período camporista:
Ya hoy, nuevamente, en La Voz del Interior, se publica que en un plazo de treinta, cuarenta días, sectores armados, sectores ligados a organizaciones revolucionarias, que con el apoyo de los sectores gremiales que integramos nosotros, tomarían la ciudad de Córdoba, en un plazo de 30, 45 días y la declararían Capital de la Patria Socialista. Esto parece una broma, pero no es una broma. Es una cosa consignada seriamente en el periódico de más difusión de nuestra ciudad y de nuestra provincia y proviene de otro periódica, El Economista, un periódico especializado de Bs. As., es una broma pero no lo tomen así. Es uno de los pretextos o de las invenciones para respaldar, para justificar, para preparar el terreno de la represión contra Córdoba, porque si sólo la conferencia de prensa de la C.G.T., si sólo la declaración de la C.G.T. hubiera podido parar el plan de represión, el plan de sometimiento, el plan de subordinación, nosotros podríamos estar tranquilos. Pero no nos engañemos sobre las fuerzas en pugna. Sabemos que la lucha de clases continúa perfectamente vigente y que se agudiza. Sabemos que cada vez es más difícil imponer a la conciencia de la gente la comprensión de la conciliación de clases (…) Y eso, origina como contrapartida, la política de denuncias, la política de provocaciones desde los sectores del gobierno, la política de ataques a mansalva -como sucedió en Ezeiza- a quienes dentro del propio campo partidario gobernante sostienen una política consecuente y denuncian que no hay posibilidad de conciliaciones, sino que es necesario profundizar con claridad el proceso revolucionario (…) Sabemos que este proceso de la lucha revolucionaria conmueve a Latinoamérica. Y sabemos que la reacción no se entrega. Sabemos que si nos puede aplastar, nos va a aplastar sin misericordia de ninguna naturaleza. También sabemos que en su tiempo, si nosotros podemos hacer de Córdoba la capital de la Patria Socialista, la vamos a hacer y vamos a construir la sociedad socialista (subrayado nuestro).
*En su discurso ante el 5° Congreso del FAS, el 24 de noviembre del 73, Tosco reiteró que:
Vivimos una época dramática en América Latina, vivimos una época difícil en nuestra patria, en esta reunión se ha convocado la formación de un Frente Antifascista, y tiene su profunda razón de ser que se convoque a la formación de un Frente Antifascistas, porque existen tendencias fascistas concretas en el denominado gobierno popular (…) El fascismo en un país de capitalismo dependiente, es la garra del imperialismo que se demuestra de distintas maneras. Nosotros no podemos aislar por ejemplo, una cosa que nos atañe fundamentalmente a los obreros: el Proyecto de Ley de Asociaciones Profesionales, que es toda una política. Porque hay una política al servicio del régimen económico proimperialista que quiere hacer descargar sobre las espaldas de los trabajadores, sobre su propio derecho a la subsistencia, la crisis inexorable del sistema (…) Porque el déficit del presupuesto burgués se resuelve siempre a costillas de menguar el escaso salario de los trabajadores. Nunca a costillas de las ganancias de las grandes empresas ni de los monopolios imperialistas. Nosotros hemos señalado que la Ley de Asociaciones Profesionales, es un instrumento para reforzar el aparato burocrático, el aparato de todos esos sirvientes de la patronal, de todos estos que han firmado un Pacto Social a espaldas de los trabajadores, de todos estos que no protestan por la Ley de Radicación de Capitales Extranjeros, que en un principio mereció la condena unánime por la intromisión de Mr. Kreebs, el encargado de negocios yanqui y luego para deshonra de muchos compañeros que tienen una trayectoria de lucha en el movimiento peronista hicieron la ley que Mr. Kreebs quería y satisfacieron con esto la apetencia de este propio imperialismo que se había entro metido y había sido repudiado por la propia legislatura nacional.
El fascismo como bien se ha dicho usa de esa represión solapada, usa del engaño, y ahí tenemos a los viejos burócratas escribiendo solicitadas donde dicen que padecieron dieciocho años de cárcel y de persecución. Los burócratas tuvieron dieciocho años de componendas y de acomodos con el gobierno de turno. Esos burócratas que hoy se rasgan las vestiduras son enemigos de cuidado; pero nosotros nos sentimos militantes proletarios consecuentes, con toda la humildad de un proletario hemos ido anteayer al propio Congreso de la Nación y les hemos dicho: “Uds. son legisladores burócratas que con este proyecto de ley están traicionando a la democracia obrera”. Hemos señalado allí que pueden hacer todas las leyes tramposas que quieran, que nos pueden intervenir nuevamente, que nos pueden quitar los edificios, que nos pueden suspender las personerías; pero revalidando una frase del Manifiesto del l de Mayo de 1968 señalamos una vez más que es preferible ‘honra sin sindicatos que sindicatos sin honra’, y le hemos señalado que con ley o sin ley las huelgas obreras se van a hacer. Porque los burócratas podrán tener mucho peso con la patronal, con el Ministerio de Trabajo, donde está uno de los grandes burócratas, el Ministro Otero, pero no le van a poder aplicar ninguna ley a los valientes mineros de la mina El Aguilar, a los compañeros de General Motors, porque nuestro espíritu revolucionario, el espíritu revolucionario de la clase obrera y de los sectores populares no será encasillado en una ley. Muchas leyes se han dictado en la historia para proteger a las clases dominantes y todas las clases dominantes han ido cayendo, hoy le toca al capitalismo para ser reemplazado por la sociedad socialista. Perón, en una actitud muy ambigua, en la clásica actitud pendular que tenía fuera del país, ha dicho que cuando se critica a algún compañero de la burocracia se lo critica a él. Pues bien, si él toma esa crítica nosotros no renunciamos a ello y marcamos la diferencia total. Nosotros respetamos el pronunciamiento popular de siete millones y medio de argentinos, lo respetamos porque ese pronunciamiento popular quería cambios, no quería un Pacto Social que no fue votado, no fue votada la Ley de Prescindibilidad. (los subrayados son nuestros)
¿Queda alguna duda respecto de la postura de Tosco? En un balance de los primeros siete meses del gobierno justicialista (Cámpora-Lastiri-Perón), Tosco escribe en el diario El Mundo3:
(…) nada lo explica mejor que el desencadenamiento de una sistemática respuesta de terrorismo fascista instrumentado por lo más reaccionario que tiene el sistema a nivel nacional e internacional: la oligarquía terrateniente, el gran capital asociado a los monopolios y el imperialismo. Se conoce, y una vez más se prueba, que a un ascenso revolucionario corresponde un auge represivo -a cara descubierta o embozado, físico e ideológico- de las clases y sectores que defienden encarnizadamente sus viejos privilegios. De allí la masacre de Ezeiza y los innumerables atentados a hombres y organizaciones. Los secuestros, torturas y asesinatos de militantes obreros y populares de distinta ideología y ubicación partidaria. De allí el Pacto Social a espaldas de los trabajadores, y la Ley de Asociaciones Profesionales y la Ley de Prescindibilidad, y el Decreto de congelación de vacantes, y la reforma del Código Penal, y la defensa de la burocracia sindical, y la convocatoria a la “unidad de todos los argentinos”, y tantas cosas más para la preservación del sistema.
*Todo esto, bastante antes que ocurriera el navarrazo el 27 de febrero de 1974. Producido el golpe policial que derrocó al gobierno provincial de Ricardo Obregón Cano y Atilio López, desatada una fuerte represión y copada la estructura formal de la CGT cordobesa por un grupo de sindicalistas locales alineados con la directiva de la CGT nacional, rápidamente surge la respuesta de parte del todos los gremios enrolados en el Movimiento Sindical Combativo. Tosco leyó la proclama del MSC el 2 de marzo:
Nosotros calificamos lo ocurrido el 27 de febrero, como una síntesis, un resultado de toda esta agresión sistematizada que se produjo contra la clase obrera, contra el pueblo y contra el gobierno de Córdoba. Calificamos que fue un ‘pustch’ policíaco-burocrático-fascista. Y esta calificación no es de naturaleza subjetiva. Lo que hemos podido apreciar en Córdoba, la toma de la Casa de Gobierno, el encarcelamiento del Gobernador, del vicegobernador, de dirigentes de las 62 Organizaciones ‘legalista’ y los funcionarios, las barricadas y la toma de la zona céntrica por la policía y elementos civiles fascistas armados, la difusión por las tres emisoras de radio copadas de consignas reaccionarias, oscurantistas, antipopulares, antidemocráticas y antisindicales, son hechos objetivos que nos dan lugar para calificar este proceso de la forma que lo hemos señalado: policíaco-burocrático-fascista.
La proclama contiene 10 puntos denunciando la escalada represiva, las leyes laborales del gobierno nacional y a la burocracia, y culmina llamando “como primer paso, a un acto público el día jueves 28 del corriente, o sea el día jueves próximo en el local del ex Córdoba Sport Club a las 20 hs., donde se pondrán a consideración estos diez puntos. Luego se continuará toda la tarea esclarecedora, agitativa y de lucha para que estos diez puntos puedan ser materializados tal cual nosotros lo aspiramos”.
Y en ese acto, Tosco reitera:
… desde Córdoba, lanzamos un llamado a todo el país, para organizarnos y combatir a la reacción, a la derecha, a los monopolios y al imperialismo… Y en los 10 puntos que he señalado, nuestra clase obrera y nuestro pueblo vienen a reclamar públicamente, el enjuiciamiento y el castigo del sedicioso Teniente Coronel Navarro, y sus cómplices y secuaces fascistas. Porque se dice, desde las altas esferas del poder que hay que ser esclavos de la ley, que hay que respetar la Constitución nacional. Hay un artículo de la Constitución nacional, que califica con toda precisión, el castigo que corresponde a los sediciosos en (el art. 22 de la Constitución nacional). Pero, en este gobierno denominado legalismo popular, constitucionalista, esclavo de la ley, Navarro es considerado como héroe y el peso de la ley se aplica con la Itaka al compañero de Chejolan, a los compañeros villeros que vuelven a reclamar ante el Ministerio de Bienestar Social el respeto a la principal ley que tiene la vida, que es del respeto a la ley del de vivir con dignidad… Para qué vamos a hablar tanto de la ley, para qué si el Parlamento Nacional resolvió que se enjuicie a Navarro, y Navarro es difundido por ahí, como héroe e, incluso es desvergonzadamente titulado por los mercenarios del fascismo, como un nuevo libertador.
Y en relación al rol directo del Presidente de la Nación, dice Tosco4:
Perón es un especulador. Es el término que nosotros, ante su permanente acción pendular como se llama, y ante sus contradicciones no podemos definirlo como otra cosa que como un especulador de la situación política, sensible en grado máximo a las presiones de la derecha. Y la derecha peronista tiene su convalidación en Perón. El fascismo cuando llega a sus extremos se devora a sí mismo. Y en la Argentina las corrientes de derecha están llegando a sus extremos en el avasallamiento de las libertades democráticas. Y se van a devorar a sí mismos. Perón, al haber convalidado la sedición de Córdoba, el golpe de estado provincial, está convalidando también que futuros tenientes coroneles Navarro, entre comillas, le hagan el mismo planteo y busquen la misma solución que han buscado en Córdoba (subrayado nuestro).
*El 13 de abril del 74, en el segundo Congreso del MSB reunido en el Córdoba Sport, analizando la situación creada a partir del navarrazo, entre muchas cosas, Tosco decía:
En cuanto a si Perón dijo que Córdoba estaba infectada de gérmenes, lo que decimos que el gobierno está infectado de gérmenes, que están tratando de imponer una política reaccionaria (aplausos)… El presidente de la Nación debe saber que aquí en Córdoba, y en todo el país, lo que se propaga, lo que se consolida, es el desarrollo de la conciencia popular y combativa, y eso no es un germen, eso es la muestra de la salud vivificadora de un pueblo que marcha hacia su liberación, y los que sí son gérmenes son aquellos que desde el poder central están restaurando un régimen de opresión y explotación repudiado por el pueblo argentino” (aplausos)…
Y ante unas 30 mil personas reunidas en la cancha de Tiro Federal el 15 de junio de 1974 en Rosario, en el 6° Congreso del FAS, Tosco denuncia nuevamente:
…esas bandas fascistas colocaron cerca de un ómnibus un artefacto explosivo que causó ingentes daños en nuestra organización y que es la continuidad de todos estos reaccionarios que están al servicio de la gran burguesía y la oligarquía y el imperialismo. Que se mostraron en el denominado botonazo durante la sedición de Navarro y que el día miércoles, ante la convocatoria de Perón, esas mismas bandas fascistas incendiaron un sindicato hermano: La Unión Tranviario Automotor, colocaron bombas al sindicato de los Empleados Públicos, intentaron incendiar SMATA y Luz y Fuerza, tirotearon La Voz del Interior y todos los días, como dicen ellos, tratan de reventar a las fuerzas revolucionarias, que son las que en definitiva los van a reventar a esos fascistas, con su unidad y con su lucha (…) queremos hacer también brevemente, atento a lo solicitado por los compañeros, una referencia a lo ocurrido en el país el día miércoles [12 de junio, cuando Perón habló en Plaza de Mayo]. Perón lanzó una convocatoria apelando incluso a su permanencia o no en el gobierno. Señaló además que debían liberarse de malezas o depurarse de malezas el camino. Señaló que había toda una serie de circunstancias que estaban atentando contra el programa que había difundido públicamente en Argentina y desde el exilio. Y terminó haciendo centro en la cuestión que para nosotros fue fundamental, de todas estas maniobras instrumentadas el día miércoles. Perón defendió hasta las últimas consecuencias el Pacto Social de los burócratas, el Pacto Social de los patrones, el pacto social que en definitiva sirve a todos los explotadores (subrayado nuestro).
Solo hemos traído a colación, algunos párrafos elocuentes que ponen de manifiesto que lo afirmado por el artículo acerca de la postura de Tosco ante el gobierno justicialista de ese período, es FALSO. Se puede disentir con la postura de Tosco, pero no se debe mentir. Más adelante nos referiremos a un calificativo que los redactores del artículo le endilgan a Tosco.
3) El artículo sostiene:
El Plenario convocado por los metalúrgicos de Villa Constitución en abril de 1974, luego del primer Villazo, planteó la posibilidad de coordinar las organizaciones obreras combativas a nivel nacional contra el Pacto Social y las bandas fascistas. En esta ocasión el PST acertó en exigir a las direcciones convocantes (Tosco, Ongaro, Salamanca) la formación de una coordinadora nacional para unir a la vanguardia obrera. El Encuentro fue boicoteado por Montoneros, que se negaba a enfrentar a Perón. El PC, que influenciaba fuertemente (junto al PRT) a Agustín Tosco, boicoteó la posibilidad de que surgiera una coordinadora para no cerrar las puertas al peronismo de izquierda. Las direcciones convocantes cedieron a la presión de no enfrentar al peronismo y desperdiciaron la posibilidad de que surgiera no sólo una alternativa de dirección a la burocracia sindical sino también de poner en pie organizaciones de combate comunes, política que hubiera permitido golpear a las fuerzas de choque del gobierno de Perón así como desenmascararlo.
*En el artículo, omitiendo que la dirección del movimiento antiburocrático de la UOM-Villa estaba integrada por activistas que tiempo después conformarán la OCPO (Organización Comunista Poder Obrero) y del PRT – es decir que ellos fueron parte de los promotores del plenario – contrastamos su afirmación con el siguiente fragmento de la intervención de Tosco en el mismo:
… Pero eso solo se va a cumplir si estamos dispuestos aquí, en Villa Constitución y en todo el país a coordinar nuestra lucha y a sumar nuestro esfuerzo, presididos por los compañeros de Villa Constitución, para que ese pacto tenga validez, rescatemos este sindicato y vayamos paso a paso rescatando todos los sindicatos de manos de la burocracia para ponerlos con autenticidad al servicio de la clase obrera… Por eso compañeros en honor a esa unidad indudable que debe ser el resultado de este plenario, yo he entendido, que en el documento propuesto por los compañeros de Villa Constitución y aprobado prácticamente por todos los compañeros, está sintetizado, esa comisión de solidaridad que vamos a integrar todos compañeros; porque estamos aquí no para hacer un discurso, estamos aquí para hablarnos cara a cara, pero más estamos aquí para decirles a los compañeros que ahora, mañana y siempre, que el Movimiento Sindical Combativo de Córdoba, como es la seguridad, el Movimiento Sindical Combativo de orden Nacional, va a estar en la coordinación, pero sobre todas las cosas va a estar en la lucha, junto a los compañeros de Villa Constitución.
* En lo que sí vamos a coincidir con el artículo es que, en ese momento, no se avanzó lo necesario para proyectar a nivel nacional (como lo enunció Tosco), una experiencia como la del MSC que, un año después, ya con Tosco, Salamanca y muchos otros dirigentes sindicales en la clandestinidad forzosa, maduraría hacia la Mesa de Gremios en Lucha de Córdoba, la primera de las Coordinadoras que florecieron en el momento más candente del auge, en las jornadas de junio y julio de 1975. Como el artículo también insinúa que el PRT – algunos de cuyos militantes integraban la lista Marrón de la UOM-Villa – habría estado opuesto a una coordinación sindical a escala nacional, veamos cuál era la línea perretista en el período, en el siguiente editorial de El Combatiente5:
CONGRESO DE BASES
El auge del proletariado que se extiende y profundiza en todo el país, pone a la orden del día a la necesidad de unificar nacionalmente las luchas, por ahora en el terreno reivindicativo. Está planteada así, como exigencia de la realidad objetiva, la necesidad de convocar a un Congreso de Bases sindicales, tal como propusiera un dirigente de la Federación Gráfica Bonaerense en el acto del 23 de julio organizado por el SMATA y el Movimiento Sindical Combativo de Córdoba.
Realizar ese Congreso de Bases, elaborar allí un programa que unifique y movilice al proletariado por sus reivindicaciones más sentidas, al tiempo que es viable tiene hoy día enorme importancia estratégica. Porque precisamente la única posibilidad que tiene el enemigo de mantener y acrecentar la superexplotación, es enfrentando por sectores a la clase obrera, concentrando todas sus fuerzas hoy en un lugar, mañana en el otro.
Esto no quiere decir naturalmente que no debemos movilizar localmente esperando el Congreso de Bases. Al contrario, sólo a partir de la movilización local puede llegarse a la unificación nacional. Lo que sostenemos es que es posible, urgente y fundamental convocar ese congreso para unir a los gremios y fábricas que ya están en pie de lucha en todo el país y nuclear en su torno a los más amplios sectores posibles. Se estructurará así una poderosa oposición a la burocracia y al gobierno, tendiente a arrancar a las masas de toda influencia burocrática y burguesa e incorporar la lucha reivindicativa nacional al vedadero proceso revolucionario de liberación nacional y social que vive nuestra patria. Como sabemos de la lucha reivindicativa se pasa con facilidad a la lucha política, y el proletariado en el curso de la movilización se abre a las ideas marxistas – leninistas y su vanguardia tiende a unirse masivamente al Partido Proletario y al Ejército del Pueblo.
* En relación a la ubicación política de Tosco, los autores dicen:
Una importante cantidad de sindicatos y comisiones internas habían sido sustraídas al control de la burocracia peronista y buena parte de la clase obrera cordobesa, desde Luz y Fuerza, el SMATA, el sindicato de Perkins, el de Prensa, el gremio docente y la UTA, estaban dirigidos o contaban con peso de las corrientes de izquierda, el reformismo de Tosco, el PCR, el peronismo combativo y Montoneros, el PRT-ERP y en menor medida el trotskismo.
¿Tosco reformista? Ya hemos expuesto algunos breves y sucesivos pronunciamientos del dirigente lucifuercista, elocuentes de su concepción de la lucha de clases y su propagandización del socialismo como objetivo. ¿Qué es el reformismo político? Sencillamente la concepción ideológico-política que supone la ilusión que a la sociedad socialista, se puede llegar por una sucesión de cambios políticos reformadores de la estructura económica y la superestructura jurídico-política y que esos cambios se lograrían desde el interior del Estado burgués. Tosco, desde la liberación de su última estadía en prisión en Rawson (tras la masacre de Trelew, agosto 1972), asumió personalmente un rol de propagandizador del socialismo. En un período en que el carácter de la revolución argentina y latinoamericana estaba en debate candente, Tosco la formulaba, a secas, como Revolución Socialista y se definió públicamente como socialista/marxista. Tosco debatió con todas las corrientes, pero no integró ninguno de los partidos revolucionarios y/o reformistas de la época. Esto no le da un carácter de reformista ni le quita un ápice el carácter de revolucionario. Si los autores del artículo expresan reiteradamente su preocupación por la lucha sindical antiburocrática y la autodefensa obrera, repasen la trayectoria de Tosco en relación a la lucha contra las burocracias sindicales y sepan que en su sindicato, organizó precisamente grupos de autodefensa armada (en fecha tan temprana como 1968 lo vimos actuar). Aunque, para ser sinceros y rigurosos, diremos que ese grupo de autodefensa también realizó en ocasiones, acciones de ataque. “Cuando se da el cordobazo, yo estaba, digamos adscripto al sindicato de Luz y Fuerza. Por distintos motivos, yo colaboraba con el comité de huelga, durante el cordobazo, y más específicamente en el grupo de acción directa del comité, que era absolutamente secreto. La tarea que me tocó en ese entonces – y creo que es la primera vez que lo cuento – porque cuando se da el apagón que duró tres o cuatro horas, fue ese grupo el encargado de hacerlo, ahí yo digo que “debuté en primera”, sobre todo por la responsabilidad de la acción. Hay determinadas tareas que demandan mucha responsabilidad, por eso se decidió con buen tino dar la menor difusión a estas cosas, tenerlas bajo máxima reserva”6.
Se puede debatir y/o disentir con tal o cual propuesta de Tosco. Etiquetarlo de la forma que lo hacen, revela un desconocimiento de su trayectoria. Valga una vez más una anécdota aparentemente no documentada. El 2 de junio de 1973, Tosco organizó un asado de homenaje a los prisioneros políticos recientemente liberados en el club Unión Eléctrica. Era un momento en que el debate entre las corrientes del peronismo revolucionario y del marxismo ante la situación planteada por el tercer gobierno justicialista estaba al rojo vivo. Ante unos 200 militantes de ambas corrientes, Tosco fijó su posición, consecuentemente unitaria con un punto de vista de clase. Cito de memoria: “Nosotros, desde el campo obrero, desde el campo sindical, luchamos por la unidad. La unidad que queremos es para que la Revolución Socialista llegue antes”.
* En forma oblicua, los autores endilgan a la influencia del PRT la supuesta actitud de Tosco de no confrontar con el gobierno de Perón, en el párrafo
El Encuentro fue boicoteado por Montoneros, que se negaba a enfrentar a Perón. El PC, que influenciaba fuertemente (junto al PRT) a Agustín Tosco, boicoteó la posibilidad de que surgiera una coordinadora para no cerrar las puertas al peronismo de izquierda. Las direcciones convocantes cedieron a la presión de no enfrentar al peronismo
*Quizás muchos lectores desconozcan las posturas políticas del PRT respecto a Perón y su rol político; ese párrafo que induce a creer que su posición fuese la de no enfrentar sus planes económicos y políticos es manifiestamente falso. Excede totalmente una réplica como esta, atiborrar al lector de toda la literatura perretista al respecto. Desde que la dictadura de Lanusse puso en marcha el Gran Acuerdo Nacional en abril de 1971, el PRT advirtió que, forcejeando con la dictadura desde el exilio, Perón cumpliría el papel de neutralizador de la influencia reciente de los destacamentos revolucionarios al interior del movimiento obrero, usando precisamente su prestigio. Pueden verse desde los cinco artículos en El Combatiente de 19717 condensados en el posterior folleto El peronismo, el claro editorial “Una definición contrarrevolucionaria” (El Combatiente No. 67, 29 de febrero de 1972) y numerosos más antes de las elecciones de marzo de 1973. Esta postura generó precisamente las grandes polémicas con las Organizaciones Armadas Peronistas en ese período. Y posteriormente, en 1973, cuando el PRT caracteriza el derribamiento del presidente constitucional peronista Cámpora como un autogolpe contrarrevolucionario urdido por el propio Perón8. Veamos un solo párrafo:
Todos estos elementos nos permiten comprender por qué Perón se apoya en Rucci, en López Rega, en Osinde, en Gelbard, que son sus más fieles colaboradores en la tarea de «Reconstrucción Nacional», es decir de la reconstrucción del capitalismo explotador en Argentina. No podemos entonces obviamente esperar de Perón la Revolución Social, ni podemos tampoco esperar su neutralidad entre los revolucionarios y los capitalistas. Por el contrario, de los hechos expuestos surge con claridad meridiana que el verdadero jefe de la contrarrevolución, el verdadero jefe del actual autogolpe contrarrevolucionario, y el verdadero jefe de la política represiva, que es la línea inmediata más probable del nuevo gobierno, es precisamente el General Juan Domingo Perón.
Si en algo fue muy criticado el PRT por muchas izquierdas fue precisamente por este planteo, razón por la cual, la insinuación del artículo resulta completamente falsa.
4) En otro párrafo de su escrito, los autores afirman:
La agitación del frente único en la vanguardia obrera y la izquierda brindaba la posibilidad de oponer al guerrillerismo, cuya línea era formar un aparato militar separado de las masas, una fuerza armada basada en las organizaciones obreras, revalorizando los piquetes como la base de la milicia proletaria [11]. La formación de un frente único de los sindicatos dirigidos por la izquierda y los sectores combativos, la creación de organizaciones comunes de combate, era una alternativa para desarrollar sobre otra base la lucha de clases y un rodeo para convencer a los obreros peronistas de defender activamente sus organizaciones enfrentando al gobierno. El PST denunciaba correctamente el papel desmovilizador del guerrillerismo y las direcciones reformistas pero a su vez se adaptaba al abstencionismo. El argumento de que estas direcciones no querían organizar el frente único obrero antifascista no invalida la crítica al PST por abandonar la agitación de una política para crear organizaciones de combate de la clase obrera. La exigencia pública a las direcciones reformistas permitía no solo desenmascarar su papel sino avanzar en construir fracciones revolucionarias en los sindicatos más combativos del país para concretar, allí donde estuvieran dadas las condiciones, la organización de la autodefensa.
* En primer lugar digamos, coincidiendo en la necesidad de un frente único de los sindicatos dirigidos por la izquierda y los sectores combativos, que ese frente existió y que, en Córdoba fue precisamente el MSC. No tenía esa denominación de “frente único”… era eso. Estaba conformado por las directivas de los sindicatos SMATA, Perkins (SITRAP), Caucho, Luz y Fuerza, Vidrio, Obras Sanitarias, Viajantes, Docentes, Prensa, Lecheros, Gráficos, Comisión Provisoria de la Construcción (oposición a la burocracia de UOCRA), más una cantidad numerosa de comisiones internas y delegados de base de gremios controlados por las burocracias. El MSC era un frente intersindical que actuaba como corriente en disputa con las dos ramas de las 62 Organizaciones Peronistas (la “legalista” que lideraba la UTA de Atilio López y Tapia, y la “ortodoxa” – los fachos – que encabezaba la UOM de Alejo Simó). Dentro del MSC funcionaban las agrupaciones sindicales de orientación partidista (PRT, OCPO, Peronismo de Base, Partido Comunista Revolucionario, Vanguardia Comunista, Partido Comunista, PST, Política Obrera, Organización Anarquista y otras). Era, tal cual plantea el artículo un “frente único de los sindicatos dirigidos por la izquierda y los sectores combativos”.
*El artículo insiste con que “El argumento de que estas direcciones no querían organizar el frente único obrero antifascista”. Cabe preguntarse, ¿dónde estaban los militantes y adherentes al PST? Lo que es cierto, es que el PST no dirigía ninguno de esos sindicatos, pero eso no es argumento (pretexto diremos mejor) como para no ver que el tal frente sindical antifascista (además de antipatronal y antiburocrático, independiente del gobierno de turno y de sus dos ramas sindicales) existía. Existía y abarcaba todo ese espectro político que hemos señalado (y más también, porque algunos de los dirigentes, como el de Gráficos, era de pertenencia radical). El artículo elimina en el análisis esta contundente realidad y a partir de esa consideración (no existía frente sindical antifascista) pretende extraer conclusiones.
*El artículo critica al PST “por abandonar la agitación de una política para crear organizaciones de combate de la clase obrera”. De esa respuesta deben encargarse los reivindicadores de ese partido. Pero lo que los articulistas dan por sentado, es otra falacia: que – supuestamente – no había tales organizaciones. ¿Ignorancia o mentira deliberada? Efectivamente, en SMATA, Luz y Fuerza, Perkins, Caucho, Construcción (quizás en otros que yo desconozca), los activistas habían organizado diversos grupos de autodefensa, utilizando las herramientas clásicas (sistemas de vigilancia y protección de sus locales, de asambleas, reuniones y movilizaciones callejeras, de empresas circunstancialmente ocupadas, de algunos dirigentes muy expuestos), transporte (motos y camionetas), armas (de puño y hasta escopetas), casas y/o lugares para resguardar a perseguidos, cadenas de información sobre la forma de actuar del aparato policial y las burocracias. Esas actividades de autodefensa no eran publicitadas en volantes y periódicos sindicales (no hace falta explicar por qué), pero estaban muy extendidas en todo el movimiento sindical clasista y combativo. ¿No se enteraron los escribientes del artículo? Como casi no hay nada documentado al respecto, bien podrían haber recurrido al método de la historia oral, entrevistando a muchos de los sobrevivientes de aquella época. A modo de anécdota, puedo contarles que compartí en 1973 la defensa del local recuperado de ATSA (Sanidad) en barrio Gral. Paz, con el máximo dirigente obrero que tuvo el PST en esa época, el Chino José Francisco Páez (ex SITRAC, ex miembro de VC). El mismo cabezón Páez me facilitó una escopeta de su partido en la terraza del sindicato, desde donde protegíamos el local ante un eventual ataque fascista.
*Lo que también ¿ignoran? los redactores del artículo es que gran parte de ese activismo organizado en autodefensa, tenía vínculos directos y pedía apoyo solidario a los activistas que, a su vez, pertenecían a alguna de las organizaciones revolucionarias que, además de su tarea sindical, encaraban tareas de lucha armada. Son las que despectivamente denomina bajo el rótulo de “guerrillerismo”. Lo que no comprenden (porque sí deben conocer, al menos por lecturas) que esas organizaciones en sus frentes fabriles, además de equipos (células) de trabajo sindical, de propaganda, “legal”, tenían equipos militares. Con muchas diferencias metodológicas, esa tarea la desplegaban el PRT, la OCPO y la OA.
*Pero detengámonos en la primera afirmación de los autores:
La agitación del frente único en la vanguardia obrera y la izquierda brindaba la posibilidad de oponer al guerrillerismo, cuya línea era formar un aparato militar separado de las masas, una fuerza armada basada en las organizaciones obreras, revalorizando los piquetes como la base de la milicia proletaria [11].
La llamada [11], muy oportuna, señala:
“Los piquetes de huelga constituyen las células fundamentales del ejército proletario. (…) Por eso, para cada huelga o manifestación callejera, hay que propagar la necesidad de crear grupos obreros de autodefensa”. León Trotsky, El Programa de Transición y la fundación de la IV Internacional (comp.), Buenos Aires, Ediciones IPS, 2008.
¡Muy bien compañeros! Trotsky habla de “las células fundamentales del ejército proletario” y sus objetivos iniciales de autodefensa. Quizás no sepan los autores que esa orientación fue una de tantas enseñanzas históricas que asumió el PRT en su IV Congreso de 1968 en el documento El único camino hasta el poder obrero y el socialismo9. En el mismo, con un criterio internacionalista, además se recogen las enseñanzas de las revoluciones triunfantes en China, Vietnam y Cuba. En relación con esta estrategia fue que el PRT primero pensó y luego desarrolló la construcción de esa herramienta de lo que en el transcurso de las luchas sería precisamente el embrión de un ejército proletario. Estrategia de construcción precisada más aún en el V Congreso (1970) en el que se establece con claridad que “el Partido dirige al Ejército”10. Un ejército no se construye solamente con preparativos y adiestramiento. Un ejército se construye en el combate. La guerrilla es una forma de combate.
*Según el artículo, el denostado “guerrillerismo, cuya línea era formar un aparato militar separado de las masas”, era una línea a la que los revolucionarios debían oponerse. Su visión (o ceguera) no les permite comprender algunas de las cosas más elementales en la ciencia y el arte de la política revolucionaria. Esta visión considera que adiestrarse y actuar para construir ese ejército proletario es “formar un aparato separado de las masas”. Vale preguntarles, si es que tienen experiencia de construcción militante: ¿Es separarse de las masas, por ejemplo, conformar una organización de propaganda para editar e imprimir periódicos, volantes, carteles? ¿Es separarse de las masas hacer talleres de formación en agitación y propaganda para que militantes y activistas aprendan a redactar volantes y boletines fabriles? Si una de las tareas fundamentales de todo militante es ser un buen agitador/propagandista, ¿es separase de las masas organizarse independientemente para cumplir esa actividad? ¿Es separarse de las masas proponer en un volante partidista a los trabajadores una huelga o una movilización u otra medida de lucha que aún no se ha resuelto en asamblea? ¿Es separarse de las masas cuando un grupo reducido de militantes sale a hacer pintadas o piquetea su periódico en la entrada de una fábrica o taller? ¿Son “aparatistas” de un “aparato de propaganda” separados de las masas los militantes que hacen todas esas tareas? Durante años, muchos revolucionarios agitaban ante sus bases, la necesidad de grupos o milicias de autodefensa, por medio de su propaganda oral y escrita. ¿Cómo se organizan, cómo se arman, para en el futuro llegar a ser un ejército?
*Desde el golpe gorila de 1955 hasta 1969, florecieron en nuestro movimiento obrero, numerosas formas de acciones de resistencia armada frente a la represión, pero nunca maduraron en una organización revolucionaria permanente de la clase trabajadora en ese terreno de lucha. En primer lugar, porque no había claridad política respecto de esa necesidad y eso era expresión de la carencia de un Partido Revolucionario. Y sin embargo, hubo variadas formas de luchas armadas en ese período: huelgas con barricadas, manifestaciones con miguelitos y molotov, caños, grupos comandos, efímeras guerrillas urbanas y rurales. A partir de 1966, a raíz del cierre de ingenios en Tucumán, de pérdida de miles de puestos de trabajo, de imposibilidad de continuar la lucha en el terreno sindical, de las movilizaciones y cortes de ruta violentamente reprimidos, surgen los interrogantes de cómo continuar esas luchas. Esos interrogantes se incrementaron a partir del cordobazo y los rosariazos de 1969. La reflexión y el debate sobre esos más de 10 años de luchas, fue asimilada y sintetizada en las propuestas y programa elaborado por el PRT entre 1968 y 1970. Una de ellas fue que era necesaria una estrategia que contemplase la construcción de un partido proletario y un ejército popular.
*No fueron separadas de las masas esas reflexiones y esas propuestas. Su puesta en práctica se hizo tanto en el terreno sindical como en el terreno militar. No fue casualidad que esas actividades tuvieron mayor desarrollo precisamente allí donde el PRT tenía mayor inserción en el movimiento obrero: Tucumán, Córdoba y Rosario. Desde siempre, todos los movimientos revolucionarios realizaban actos y volanteadas en puertas de fábricas. En diciembre de 1970, un comando armado del ERP dirigido por militantes del PRT tomó la guardia de FIAT Concord en Ferreyra, Córdoba, desarmó a los vigilantes, uno de los combatientes hizo una breve agitación verbal y repartieron miles de volantes que circularon mano en mano (había en ese momento, un nuevo conflicto entre SITRAC-SITRAM con la empresa imperialista). Nunca antes ningún grupo había sido criticado por otros por realizar un acto en puerta de fábrica. Ahora, algunos grupos de “izquierda” sí lo criticaron, aunque el acto de propaganda armada fue muy saludado y aplaudido por más de un millar de obreros. Semanas después, durante una huelga de hambre de obreros de FIAT y dirigentes de SITRAC-SITRAM en la parroquia de Ferreyra, habló el secretario general del PRT. Nadie criticó que hablase. Desde aquella acción inicial, se reprodujeron cientos de acciones en puertas de fábrica en las que, desarmando a los represores patronales se instaba a los trabajadores a formar sus milicias de autodefensa. Lo que el PRT realizaba era propaganda armada, que acompañaba su propaganda oral y escrita y su trabajo de construcción en los frentes fabriles. De allí que llegó a tener, en poco tiempo, unos 40 boletines partidarios específicos de cada frente fabril.
*Lo que los autores de la nota critican como “guerrillerismo” es la combinación de todas las formas de lucha. Es notable que aleguen en su escrito la necesidad de una “fuerza armada” integrada por los obreros a los fines de su defensa y denuesten a quienes la practicaban. Quizás no sepan que debido al trabajo político perretista, muchos de esos obreros se desarrollaron como guerrilleros urbanos constructores de ese embrión de ejército proletario. Carlos Germán (el negro Mauro), Juan Eliseo Ledesma (después Comandante Pedro del ERP) y Julio Oropel (todos de FIAT Concord), Eduardo Castelo (el negrito Hugo, de FIAT Materfer), Víctor Hugo González (el León Manso de Perkins) llegaron a ser, con el tiempo, jefes de escuadras, pelotones o compañías y miembros del Comité Central y del Buró Político del PRT. Todos fueron activistas, delegados o directivos de SITRAC-SITRAM y SITRAP. Lo mismo puede destacarse del azucarero Antonio del Carmen Fernández y del histórico dirigente del sindicato del ingenio San José de Tucumán, Leandro Fote (que antes fue diputado obrero en el parlamento burgués provincial). No solo no estaban “separados” de su clase sino que contribuyeron a ampliar la inserción del PRT en el proletariado industrial y – valga la redundancia – proletarizaron al partido. Son apenas algunos ejemplos.
Las organizaciones revolucionarias tuvimos aciertos que contribuyeron a potenciar la lucha del movimiento obrero y popular y cometimos errores de los que debemos extraer enseñanzas. El balance histórico debe ser riguroso, despojado de prejuicios y estigmatizaciones. Esperamos haber contribuido al conocimiento de nuestra historia para que las nuevas generaciones puedan nutrirse de las experiencias imprescindibles para continuar las luchas por los mismos ideales.
1 Triple A: Toda la verdad, caiga quien caiga, Cronología: Los crímenes de la Triple A (Junio a Diciembre 1973) Por equipo de Izquierda.Info
2 Manuel Gaggero, “Un viaje hacia las utopías revolucionarias, CXXXIV – Triste y solitario final” (Argenpress, 08/05/14): “El ‘Somaten’ era una formación, originalmente catalana, cuyo nombre significa “estamos atentos”; estaba dirigida a secuestrar y asesinar a los militantes anarquistas, comunistas y socialistas en el período previo al establecimiento de la República” (Gaggero).El autor de la nota era miembro del Frente Revolucionario Peronista y luego pasó a integrar el PRT
3
Agustín Tosco,“Consigna de 1973: Por una Patria Socialista”, El Mundo, 29/12/73
4
ELECTRUM N° 443, 15/03/74, reproduciendo entrevista en La Voz del Interior
5
Mario Roberto Santucho, El proletariado en pie de lucha, El Combatiente N° 129, 07/08/74
6
Roberto Habichayn, testimonio en Entrevista realizada por la Juventud Guevarista a Roberto «Turco» Habichayn y Abel Bohoslavsky 29 de mayo de 2009 en http://jgcapital.wordpress.com/
7
El Combatiente N° 56 al 59 aparecieron en los meses de marzo, abril, mayo y junio de 1971
8
Ver Mario Roberto Santucho: El Autogolpe Contrarrevolucionario del 13 de Julio y El Rol del General Perón, en Las definiciones del peronismo. Las tareas de los revolucionarios, agosto 1973
9
Capítulo 1, El Marxismo y la cuestión del poder, El único camino hasta el poder obrero y el socialismo, www.LaFogata.org
10
Resoluciones del V Congreso del PRT, julio 1970, en www.LaFogata.org
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