Tras los resultados de la primera vuelta, la segunda no trajo sorpresas: La République en marche del actual presidente tendrá una mayoría absoluta cómoda
Nuevamente, cabe destacar en primer lugar la baja participación: 42,64% (absentismo: 57,36%). En este caso, además, se suma con el alto número de votos en blanco y nulos (2,21% de los votantes, en esta segunda, el 9,87%, casi dos millones de votos). Emmanuel Jean-Michel Frédéric Macron puede ver la Asamblea Nacional y fijarse en sus más de 300 diputados propios o puede mirarla y saber que esa cámara no tiene representantes ni de la mitad de la población francesa con derecho a voto. Puede cuestionar por completo la representatividad o puede actuar como si tuviera la mayoría absoluta real de los ciudadanos. (Por sus declaraciones, hará lo segundo).
Es el Parti socialiste el gran perdedor; eso ya lo sabíamos, viene siéndolo en todos estos comicios. Pasó de una ajustada mayoría absoluta (junto con aliados) a 29 escaños, esto es, ha caído su presencia en la cámara más o menos un 89,5%, siendo ahora una quinta fuerza en la cámara, bastante irrelevante (aunque mejor que lo indicado por algunos analistas, que ya lo borraban del hemiciclo).
Por su lado, la oficialista La République en marche obtiene una mayoría absoluta amplia (306 ganados en la segunda vuelta, 2 ganados en la primera, suman 308 escaños de 577), con el 43,06% en esta segunda vuelta (recordemos que en Francia el sistema es uninominal y mayoritario) ocupa el 53,38% de la cámara (si comparamos los votos obtenidos en segunda vuelta con los votantes inscritos, tenemos que a LRM le votaron el 16,55% de los ciudadanos).
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