«Mañana serás tú». Documental sobre la autogestión de CYFISA en Burgos

Videoforum en Las Delicias: «Mañana serás tú»

publicado originalmente en D=a= Delicias

El sábado 15 de julio, CNT Valladolid con el CSA La Ortiga organizaron un videoforum que se inició con la proyección del documental «Mañana serás tú» –sobre la toma por parte de los trabajadores de CYFISA en Burgos, con la autogestión de la fábrica, que comenzó en el 78 y duró unos 18 meses– de Sheila García Jiménez, dentro del ciclo de cine al aire libre«La Resistencia oculta por la Transición» en Las Delicias (Valladolid). Se tuvo la presencia de José Ángel Barredo y Javier Frías, dos de los obreros protagonistas de todo el asunto y de Sheila García, directora, productora y todo lo demás, del corto documental, junto con María Olivares, ayudante de guion.

En la pequeña pérgola de la calle Guipúzcoa, en la acera de las vías del tren –esa frontera tan clara dentro de la ciudad–, colocaron el equipo necesario –contando un equipo de sonido capaz de hacer frente al tren y a los demás vehículos– y unas quince sillas –complementadas por los bancos de cemento que encierran el espacio de la propia pérgola– para poder visionar el documental. El aire amenazaba con tirar todo el equipo; otras sillas, banquetas y demás, intentaron y consiguieron hacer frente a la improvisada y no deseada vela que hacía la pantalla.

La tarde se negaba a marcharse, pero ya habíamos pasado la hora teórica de inicio de la proyección, más de veinte personas esperábamos con tranquilidad lo que sería media hora de corto documental y otro buen rato de charla coloquio posterior. Como decimos, se encontraban personas que había participado no solo en el documental (la directora y una colaboradora) sino también en el proceso de lucha y autogestión (José Ángel y Javier), para acabar con una cena vegana al aire libre –esto último al módico precio de «la voluntad»–.

En el coloquio se preguntó sobre algunos temas acerca del propio proceso, desde los sentimientos de los participantes –se quedaron, sobre todo, con la ilusión–, lo conseguido –demostrar que era posible la autogestión, la concienciación de muchos compañeros, la solidaridad en el barrio burgalés de Gamonal–, hasta pasaron por las anécdotas –desde lo que duraban algunas asambleas, muy largas, pasando por cómo las mujeres de los trabajadores se manifestaban frente a la fábrica mientras se producían las negociaciones, hasta la forma en que conseguían cierta información, gracias, finalmente, a una «escucha» de las comunicaciones de la otra parte–. Una anécdota, que parece valiosa para ver cómo se puede construir la solidaridad en una asamblea de trabajadores, fue la que tuvo que ver con el «listado de despedidos»; la propietaria de la empresa inició lo que sería un ERE extintivo, depositando en la autoridad laboral de la época el listado de personas que serían despedidas, unos miembros de la asamblea pidieron la lista a la Administración y la llevaron a un notario, donde la dejaron en depósito, en la asamblea se planteó si todos los trabajadores deberían o no conocer quiénes eran despedidos. Los dos contaron que la resolución fue clara: no querían saberlo, todos se consideraban despedidos, todos luchaban, por tanto, por los puestos de todos. Otra cuestión que destacaron es que la organización autónoma no se creó con este conflicto, llevaban diez años organizados de forma paralela a la estructura del sindicalismo vertical franquista. Reconocían, por supuesto, los errores y dificultades que tenían y tuvieron, algunas vistas solo con la distancia del tiempo de por medio.

En este coloquio también salieron algunos temas que en el documental no tenían cabida, como fue el proceso posterior. Frías contó cómo, tras el cierre definitivo, un grupo de trabajadores fue capaz de ir a las subastas y conseguir la propiedad de la nave y otros elementos, que luego fue «troceado y vendido», quedándose con un «pequeño taller» en el que continuaron trabajando. Barredo, por su lado, contó cómo, con la ayuda de unos economistas, se hizo seguimiento a las operaciones de la empresa propietaria dejando claro que había sido una quiebra fraudulenta, en su opinión la forma en que se realizó debió acabar en un proceso penal, que no existió. Barredo y Frías también explicaron lo cerca que estuvieron de constituirse en una cooperativa o en una SA laboral, pero las cuentas, si tenían que asumir a los que sí se habían ido para casa despedidos y que el Estado no quería cambiar sus indemnizaciones por crédito, no salieron.

Sobre el conocimiento de estos hechos, la joven directora señala que para ella eran totalmente desconocidos, cuenta cómo en Burgos, desde las instituciones, se «oculta» –puso como ejemplo la gran exposición montada por el ayuntamiento sobre el polo industrial de la ciudad, donde se enclava toda esta historia… y donde no fue siquiera mencionada en una nota a pie de página–, de hecho, tiene poca trascendencia en medios más formales –este corto documental, una tesis de grado y un libro–, aunque en los movimientos sociales de la ciudad sí que está presente –algo que destacó María– y, por lo visto, poco a poco se da a conocer al gran público –estos documentales, estas proyecciones públicas, son una forma de difundir–. Se habló bastante de si esta experiencia era posible en la actualidad, si las condiciones lo permitían y todo lo demás.

Otros debates y discusiones iniciados durante la charla –incluyendo una enconada sobre los teléfonos móviles inteligentes– se escapan de esta breve crónica. Y seguro que nos dejamos cosas interesantes fuera.

Sobre el proceso de CYFISA, les dejamos al final una serie de enlaces que explican un poco el mismo. No vamos, en esta entrada, a contar nada sobre el documental; recomendamos su visionado entero:

Más información sobre el documental y sobre este proceso de autogestión:

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