por Pablo Pozzi
Idiotas hay en todos lados. Hay muchos países corruptos. El mundo está lleno de gobernantes incompetentes. Escándalos hay en todos lados. Líderes autoritarios también. Ni hablar de policías asesinos, y empresarios que se dedican a saquear al Estado. Pero mi sensación es que la Argentina es un caso especial, donde los corruptos e incompetentes asesinos son idiotas. Claramente, en algún momento de los últimos 45 años entramos en la dimensión desconocida. Es algo inexplicable cómo una nación que en 1965 tenía un índice altísimo de educación y cultura, pasó a ser una nación embrutecida donde nadie lee nada, los que leen no entienden lo que leen, los profesores universitarios son burros, y como dice el tango
Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador. ¡Todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran profesor! No hay aplazaos ni escalafón, los inmorales nos han igualao… Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición, da lo mismo que si es cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón.
¡Qué exagerado! ¡Gorila! ¡Antipopular! ¡Andate a Moscú, rojo! Y ya me imagino cuántas otras cosas dicen y piensan. Pero Enrique Santos Discépolo lo dijo hace ya casi un siglo, y nadie lo echó del país.
Y vamos a algunitos ejemplos. El que más me gusta es el de los diputados bolivianos que proponen a Alberto Fernández para el Premio Nóbel de la Paz. Todo porque, según ellos, “le salvó la vida a Evo Morales”. Obvio que eso fue un aporte a la paz mundial absolutamente increíble. Pero bueno, recibieron el mismo premio Obama (por lo que iba a hacer), Teodoro Roosevelt (supongo que por su política intervencionista), Kissinger (debe haber sido por invadir Viet Nam), Menachem Begin (por su accionar paramilitar en Palestina), Al Gore (seguro por perder la elección del 2000). ¿Por qué no Alberto? Por lo menos hizo algo. Está bien que le queda un poco grande, pero ¿por qué no?
Casi al mismo nivel está el Banco Nación. Debido a un “error involuntario” realizó un débito duplicado de las cuentas de una cantidad innombrada de clientes por varios millones de pesos. Como corresponde nadie sabe dónde fue a parar esa plata, y también que al anular la operación la plata será repuesta de las arcas del estado ya que “nadie sabe” qué pasó con el dinero debitado. Si uno fuera mal pensado diría que aquí hay algo sospechoso. Pero no, no es nada sospechoso. Son ladrones.
Y la salud no se puede quedar atrás. Mientras Chile ha vacunado a casi el 40% de su población, la Argentina sigue viendo de dónde saca las vacunas. Pero eso no es problema porque el personal de salud y el esencial (que, evidentemente, no son lo mismo) están siendo vacunados. Por ejemplo, una muchachita de 20 añitos, fotografiada haciendo la V peronista mientras la vacunaban, que explicó que ella es personal de salud por que “enseño teatro en un hospital”. ¿Lo quéeeee? Ya de por si enseñar teatro en un hospital es algo notable (¿para qué?) pero de ahí a ser personal de salud… Aunque claro, el dirigente del sindicato de camioneros Hugo Moyano aclaró que a él lo vacunaron también por ser personal de salud: “estoy vacunado porque soy presidente de dos Obras Sociales”. Obvio que eso se hizo extensivo a su esposa, hijo de 20 años, y supongo que también al perro que debía ser uno de esos San Bernardos con el barrilito de brandy al cuello para rescatar alpinistas perdidos en las pampas. La vacunación de personal esencial incluyó a la presi de Abuelas de Plaza de Mayo, doña Estela Carlotto, que evidentemente es más esencial que mi vieja de 95 añitos o por lo menos esta mejor conectada. Ni hablar del intendente peronista de la ciudad Comandante Luis Piedrabuena, en Santa Cruz, que hizo vacunar a su familia y hasta al chofer. Ni hablar de la conducción del sindicato docente de la UEPC que se preocupó por su salud mientras dejaba a sus afiliados librados a la buena de Dios, más o menos lo mismo que hace con los salarios y condiciones de trabajo. También hubo empresarios, diputados, ministros, gobernadores e intendentes, y algunos (pocos) médicos y enfermeros. Sobre todo vacunaron a personas esenciales para la sociedad argentina, no sea que nos quedemos sin conducción política. Y por supuesto las vacunas para el populus, escasas, así como son, las maneja la agrupación kirchnerista La Cámpora no sea que alguien vaya a lucrar políticamente con ellas. Obvio que si sos adherente entonces tenes prioridad absoluta, aunque tengas 18 años y ya tengas cierta inmunidad por haber contraído el COVID previamente.
El escándalo de las vacunas, donde los favoritos del poder la recibían en una unidad de salud para VIPs en el Ministerio, le costó el cargo al ministro Ginés González García. Lo que no logró su incompetencia, senilidad y evidente corrupción, lo logró una denuncia del periodista Horacio Verbitsky (híper K) que por alguna razón non sancta denunció que él se había vacunado como buen VIP que es. ¿Se entiende? ¿No? A ver el vacunado denunció al vacunador que debió renunciar, pero el vacunado (o sea el beneficiario de la corrupción) zafó de culpa y cargo, excepto de las acusaciones de los propios partidarios de querer “desestabilizar el gobierno” porque, obvio, se vendió a la oligarquía. Antes era un santo, y ahora es un vendido más.
Obvio que Ginés es sucedido por su viceministra que seguro es más eficiente, aunque hasta ahora no lo ha demostrado, y que indudablemente no tenía nada que ver con el negocio de las vacunas, aunque fue la viajó varias veces a Rusia a traer la Sputnik V. Endemientras, el renunciante ministro, es alabado como uno de los grandes sanitaristas argentinos. Más o menos a la altura de Ramón Carrillo, ministro del primer gobierno peronista, y más o menos conocido por sus simpatías por los nazis y por su homofobia. “Che, qué gorila que sos, hizo varios hospitales”. Bueno en realidad muchos de los hospitales que se le atribuyen son de los gobiernos anteriores, o sea los corruptos y antidemocráticos de la Década Infame, que también eran admiradores de fascistas y nazis. Pero bueno, por lo menos Carrillo hizo una exitosa campaña contra el paludismo; Ginés hizo una exitosa campaña de vacunaciones para los amigos. Dicho de otra manera, el argumento de Carrillo como sanitarista argentino tiene mérito (más allá de sus proclividades políticas); el de Ginés solo se basa en ser sanitarista de cabildeos y pasillos del poder.
Ni hablar que ya se empiezan a conocer algunos datos del mercado negro de vacunas. Hay robo de frasquitos, hay ofertas en internet, hay dilución de las dosis. De hecho, una ampolla de Sputnik V puede costar hasta U$500 en el mercado paralelo. Eso sí, la de Pfizer puede salir el doble, como explicó un empresario. Agregó “es más barato que ir a Estados Unidos a aplicársela”. La diferencia es que si viajas podes pasar por Free Shop y comprarte un buen whisky. Y en el medio el ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires declaró que las vacunas “una vez descongeladas hay que usarlas si no se descartan”. Obvio que las sobrantes (ajem) son para los amigos presentes, no sea que se desperdicien. La gran pregunta es ¿por qué si hay 41 millones de personas sin vacunar resulta que hay que usar las descongeladas en la militancia juvenil y la familia del señor ministro? Claro que están haciendo lo imposible por “estirar” las dosis para que abarquen a más gente: en los hospitales del Chaco utilizaron 7700 dosis para vacunar 7810 personas. Genios.
Como además tenemos legisladores previsores, hace ya una semana votaron una reforma al Código Penal. La reforma al Código Procesal refiere solo a los delitos federales. Esto es: corrupción de funcionarios públicos, narcotráfico, trata de personas, delitos de lesa humanidad o los cometidos contra el ambiente. La modificación reglamenta cuándo una sentencia debe considerarse definitiva para que una persona vaya presa. Según la jurisprudencia de la Corte Suprema, dos sentencias coincidentes de los tribunales orales y de la Cámara de Casación, la máxima instancia penal del país, son suficientes para que un condenado empiece a cumplir la condena. La disposición de los legisladores modifica ese criterio y señala que solo podrán ir presas las personas con sentencias definitivas. Y considera que esa calificación solo puede surgir de una decisión de la Corte Suprema, si es que no hay un pedido de nulidad del juicio ante la Corte Interamericana. Esto beneficiaría a todos los funcionarios con juicios por corrupción (incluyendo al señor Macri y sus amigos), pero también a los que podrían ser imputados por negocios con las vacunas. Ni hablar de los torturadores enjuiciados y bajo actual proceso, o de los narcotraficantes o los que contaminan el medio ambiente. Pero, not to worry baby, no son tanta gente, ya que narcos, contaminadores, tratantes de blancas, corruptos y violadores de derechos humanos hoy por hoy tienden a ser los mismos funcionarios públicos. Gracias a esta reforma no solo no irán a la cárcel, sino que hasta nos pueden seguir gobernando in eternum.
Digamos, la impunidad se ha instalado en Argentina como algún común y cotidiano. La ley solo afecta a los ladrones de gallinas, y eso solamente si no tienen amigos o familiares en cargos públicos. A Gines González García lo hicieron renunciar, pero seguro no lo van a procesar por violación de deberes de funcionario público. Su viceministra ha sido recompensada con sucederlo. El intendente de Luis Piedrabuena sigue en el cargo. Los dirigentes de la UEPC también. Ni hablar de la profe de teatro de 20 años. ¿Abrir sumarios, investigar el tema, castigar a alguien? Nah, sería injusto, sobre todo porque todos lo hacemos. Buenos, todos no. Solo los acomodados del poder.
Esperaba tú escrito sobre la muerte de Menem.
Don Gustavo, en realidad lo pensé sobre todo porque es un temazo. Pero no sabía qué decir que no se hubiera dicho antes. Lo peor: Menem fue un gran presidente a la altura de Roca, y otros que cambiaron la Argentina (en su caso para peor). Sólo un peronista como él podía desmontar el estado peronista construido por Perón. Dicho de otra manera, fue un hito en la historia. Lo odio, pero lo fue. Y lo que no pudo hacer la dictadura, lo hizo Menem. Eso incluye derrotar históricamente a la clase obrera, cooptar a muchísimos activistas setentistas, y modificar una cultura solidaria a nivel popular construida durante un siglo. Pavada de hijo de su madre.